Atlixco. La madrugada del sábado el eco metálico de una cortina entreabierta en la calle 3 sur alertó a los policías locales de Atlixco.
Pero detrás de la papelería Markus el silencio quedó roto por un intento de huida: un joven quedó atorado en su propio botín. Así fue detenido Michaell N., conocido entre los comerciantes de la zona por sus constantes incursiones en locales y negocios. Su captura, sin embargo, duró menos que el sobresalto de la madrugada.
De acuerdo con los reportes oficiales los uniformados al notar la cortina forzada se acercaron al establecimiento y sorprendieron al presunto ladrón aún en el interior. Lo aprehendieron en el acto y lo trasladaron al C4 municipal para ser puesto a disposición de las autoridades correspondientes.
Pero la historia cambió de rumbo en cuestión de horas. Los propietarios de la papelería decidieron no presentar denuncia formal. Las razones: temor a represalias, la pérdida de su mercancía durante el proceso legal y, sobre todo, el tiempo que implica realizar la denuncia.
En consecuencia Michaell quedó en libertad a pesar de haber sido capturado en flagrancia. Fuentes cercanas a seguridad pública de Atlixco confirmaron que el joven residía en una casa de la calle 11 Sur, cateada recientemente por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla.
Ese día, sin embargo, no se encontraba en el inmueble, lo que permitió que siguiera deambulando por Atlixco. El caso ha vuelto a encender el debate sobre la falta de cultura de la denuncia en la población.
Mientras tanto, Michaell vuelve a las calles, y los comerciantes a cerrar sus cortinas con un poco más de desconfianza, temiendo que la próxima madrugada el eco metálico vuelva a resonar en alguna puerta del centro histórico de Atlixco.
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Foto: Cortesía
cdch
