Atlixco, Pue.- Las fuertes lluvias provocaron desbordando alcantarillas y obligando a las autoridades locales a lanzar un llamado urgente a no salir de las casas si no es necesario en Atlixco.
El aguacero golpeó con insistencia los techos de lámina, formó ríos improvisados en las avenidas.
Pero entre las decenas de imágenes que dejó la tormenta hubo una que llamó la atención de los vecinos del barrio de San Juan de Dios: un predio aparentemente abandonado comenzó a “vomitar” chorros de agua por sus viejas puertas y ventanas como si el subsuelo no pudiera contener más la furia desatada.
Desde el cruce de la 3 poniente y la 9 sur, a únicamente ocho minutos del centro del Pueblo Mágico, el espectáculo fue tan impactante como inquietante. El agua brotaba con fuerza, se abría paso entre el lodo y los muros, arrastrando consigo hojas, basura y fragmentos de tierra.
Los vecinos, ya acostumbrados a que “cuando el cielo se rompe, todo se desborda”, miraban con resignación cómo su barrio se volvía un pequeño delta urbano.
Una vez que el aguacero cedió personal del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPAMA) llegó al sitio. Con herramientas y paciencia lograron destapar la acequia rebasada, esa vieja herida que cada tormenta vuelve a recordarle a Atlixco su fragilidad frente a la naturaleza.
La lluvia se fue, pero dejó tras de sí un mensaje nítido: la infraestructura urbana sigue siendo incapaz de resistir la furia del clima, y los atlixquenses, una vez más, fueron testigos de cómo la naturaleza no solo moja, sino que reclama su espacio.
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Foto: Cortesía
cdch
