Atlixco. – En una celebración que une la fe y la tradición, los sonideros guadalupanos de este municipio llevaron a cabo su esperada peregrinación en honor a la Virgen de Guadalupe.
Este evento, que se realiza anualmente, tiene como propósito agradecer a la Virgen del Tepeyac por los favores y el trabajo recibido en el último año.
Con entusiasmo y devoción los participantes conmemoraron esta festividad mostrando el vibrante espíritu comunitario y de solidaridad que caracteriza a este gremio.
Los sonideros, figuras emblemáticas de la música popular en México, adornaron un camión de manera singular: decorado con colores, imágenes de la reina del Tepeyac, y, por supuesto, dotado de potentes equipos de sonido que llenaron las calles del municipio con melodías que resonaron con alegría y ritmo.
Este simbólico transporte no sólo sirvió como un vehículo de celebración, también como una manifestación de fe que avanzaba por las principales arterias de Atlixco atrayendo la atención de los vecinos y visitantes.
El recorrido fue una fiesta para los sentidos. Las calles se inundaron con música festiva, mientras los sonideros compartían su gratitud en cada acorde recordando a todos que, más allá del trabajo y el entretenimiento, hay una conexión profunda con sus raíces culturales y espirituales.
La peregrinación culminó en una comida ofrecida por uno de los sonideros en muestra de agradecimiento. Este gesto de generosidad fortaleció los lazos entre los participantes reflejando la esencia de solidaridad que permea esta tradición.
El clímax de la jornada llegó con el infaltable baile donde anfitriones e invitados, creando una atmósfera de camaradería y alegría, se entregaron a la música que los acompaña en cada celebración.
La profundidad de su apego a la Virgen y la alegría de la convivencia se unieron en un solo ritmo convirtiendo la plaza en un auténtico carnaval de colores, risas y pasos de baile.
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Foto: Cortesía
cdch