México.- Ante un complejo deportivo Salvador Allende lleno hasta el tope, en la Alcaldía Iztapalapa, David Álvarez, Julia Reyes y Fernando Medina cumplieron con los pronósticos al subir a lo más alto del podio en el III Campeonato Mundial de Frontball e hicieron vibrar el corazón de los cientos de aficionados que se agolparon en el recinto.
México cerró como era de esperarse con grandes actuaciones de sus pelotaris que en cada momento entregaron el corazón en la cancha en donde el campeón mundial en frontón de Biarritz 2022, David Álvarez, el famoso Stich, sacó a lucir su experiencia para convertirse en héroe del frontball.
Pero también lució en la U23, Julia Reyes, mujer entrona que hizo vibrar el templo deportivo como nunca antes. Con golpe de pasión en cada manotazo, pegó a la pelota con esas ganas que sacó del corazón y ante el impulso de la afición.
Reyes venció de manera contundente a la francesa Joana Dutaret, quien vio esfumar su sueño de conquistar en suelo iztapalapense.
Apenas se disfrutaba de la actuación de Julia, cuando Fernando “Momito” Medina, el joven que sigue con la leyenda del frontón mexicano y que lleva en la sangre la magia de su padre del mismo nombre y apodado el Momo que conquistó España y que por infortunio se suicidó, despreciaba a la pelota.
Con singularidad que aprendió en el patio trasero de su casa bajo el cobijo de su padre, Medina III no puso más que entrega en cada golpe para superar a Bingen Beitia, de Euskadi. Al final abrazos y lágrimas de alegría. Otra gran emoción que inundó el recinto.
La tercera medalla de oro, o mejor dicho el título, llegó de la experiencia David Álvarez, quien llegó sereno y concentrado a la final ante Santi Yaniz, de España. El famoso Stich hizo lo que ningún otro jugador en un certamen mundial en casa.
Se echó a la afición al hombro e hizo que Santi tuviera miedo. Titubeó por instantes y al fina cedió el terreno para que el mexicano, campeón panamericano Santiago 2023 en esta modalidad, se llevará la corona.
Mientras que Paola Reyes, aquella inquebrantable mujer de la vida, se quedó a un paso de la gloria. Su entrega se reflejó en cada golpe a la pequeña pelota que chocaba con fuerza en la pared improvisada del Salvador Allende.
Paola se quedó con la plata, una plata que sabe a oro porque sólo ella sabe lo que significa haber estado en otro Mundial. Layla Salsamedi de España no se intimidó ante un pletórico escenario.
México se queda con tres oros y una plata, en una disciplina que sueña con ser olímpica. Aunque queda mucho camino por recorrer hasta Brisbane 2032, pero la esperanza es lo que muere al último.
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