El ajuste arancelario que prepara el Gobierno federal hará que varios productos de origen asiático lleguen más caros a México en los próximos meses. Así lo reconoció Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía, quien explicó que el objetivo no es frenar el comercio con países como China, Corea del Sur, India o Indonesia, sino evitar la entrada de mercancías con ventajas fiscales o regulatorias que, asegura, han afectado a productores nacionales.
De acuerdo con el funcionario, el incremento responde a lo que calificó como una competencia desigual. Señala que algunas economías aplican subsidios agresivos a su industria, lo que permite colocar artículos terminados a precios muy bajos en el mercado mexicano. Esto, dijo, provoca que empresas locales pierdan terreno y se generen impactos laborales, especialmente en sectores manufactureros sensibles al costo.
Aunque reconoció que el ajuste se traducirá en precios más elevados para los consumidores, Ebrard subrayó que no habrá prohibiciones ni restricciones a la venta de productos asiáticos. Plataformas de comercio electrónico y tiendas físicas seguirán comercializándolos, siempre y cuando cumplan con el pago de IVA, regulaciones y normas de calidad.
El Senado aprobó recientemente la actualización de aranceles para mercancías provenientes de once países, la mayoría ubicados en Asia. Según Economía, estos países representan cerca del 8% del comercio exterior de México, por lo que la medida estaría enfocada en sectores específicos y no en todo el intercambio comercial.
Sobre la posibilidad de que el ajuste presione la inflación, el secretario aseguró que se realizó un análisis previo para medir los efectos en los precios y afirmó que no se anticipan impactos relevantes en el corto plazo. Añadió que la decisión se tomó con el visto bueno de la Presidencia, luego de revisar distintos escenarios económicos.
Ebrard también explicó que continuarán los operativos contra mercancía pirata o de contrabando, insistiendo en que estas acciones no tienen que ver con el país de origen, sino con el incumplimiento de normas y la evasión fiscal. Según la dependencia, parte del reto ha sido frenar la entrada de productos que se venden sin regulaciones mínimas o que llegan disfrazados como importaciones de bajo valor.
Especialistas en comercio exterior señalan que este tipo de ajustes suele generar reacomodos en los mercados. Por un lado, las empresas locales pueden ganar algo de margen para competir; por el otro, consumidores y distribuidores podrían enfrentar incrementos en artículos populares como electrónicos, textiles, herramientas y ciertos insumos industriales. La verdadera dimensión del impacto se medirá conforme los nuevos aranceles entren en vigor y las cadenas de suministro ajusten sus costos.
Mientras tanto, el sector empresarial permanece dividido: algunas cámaras ven la medida como una forma de equilibrar condiciones, mientras que otras advierten que el aumento en costos podría ralentizar ventas y limitar la capacidad de pequeños comercios para abastecerse de productos de importación, especialmente aquellos que dependen de proveedores asiáticos por volumen o precio.
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