Las exportaciones mexicanas cerraron octubre con un desempeño inusual para la segunda mitad del año: alcanzaron 66 mil 133 millones de dólares, una cifra récord para un solo mes. Este repunte estuvo encabezado por las manufacturas no automotrices, cuyo crecimiento compensó la debilidad del sector automotriz y la caída en los envíos petroleros. Aunque la demanda interna en México sigue mostrando señales de enfriamiento, el sector externo continúa siendo uno de los motores más sólidos para la economía.
De acuerdo con el INEGI, los envíos al exterior aumentaron 14.2 por ciento anual, el incremento más amplio desde mediados de 2024. El “salto” respecto a septiembre —casi 10 mil millones de dólares adicionales— provino principalmente de productos vinculados con maquinaria, electrónicos, equipo de cómputo y componentes relacionados con la creciente infraestructura tecnológica en Estados Unidos. Este bloque manufacturero no automotriz sumó 45 mil 522 millones de dólares, un nivel sin precedente.
Especialistas señalan que buena parte del impulso proviene de la creciente demanda norteamericana relacionada con inteligencia artificial (IA) y centros de datos. William Jackson, de Capital Economics, explicó que los pedidos de componentes para estas industrias no solo están sosteniendo las exportaciones mexicanas, sino que también han ayudado a compensar el impacto de los ajustes fiscales y la moderación del mercado laboral estadounidense.
El contraste más evidente está en el sector automotriz, que hiló cuatro meses con retrocesos y cayó 14 por ciento anual en octubre. Analistas lo atribuyen, entre otras cosas, a la incertidumbre generada por los nuevos aranceles que Estados Unidos planea aplicar a camiones pesados. Aunque la fecha de entrada en vigor se aplazó, el anuncio bastó para frenar órdenes de importadores estadounidenses.
A la par, las exportaciones petroleras retrocedieron casi 30 por ciento anual, mientras que los envíos agropecuarios también disminuyeron. En contraste, la industria extractiva mostró un comportamiento más positivo, con un crecimiento de 18.6 por ciento.
Para Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex, el repunte manufacturero refleja una combinación de factores: cadenas logísticas más estables, recomposición de inventarios en Norteamérica y una demanda creciente de maquinaria y equipo especializado. Estos elementos han permitido que México aproveche nichos industriales que no dependen del sector automotriz.
Hacia adelante, especialistas anticipan que el impulso continuará, al menos durante los primeros meses de 2026. Andrés Abadía, de Pantheon Macroeconomics, prevé que el comportamiento de las manufacturas no automotrices seguirá siendo el principal sostén de las exportaciones, apoyado por pedidos estables desde Estados Unidos y por la posición estratégica de México en la región.
Además, el T-MEC mantiene ventajas competitivas en productos exentos de nuevos aranceles, lo que podría ayudar a que el país conserve su atractivo frente a otros proveedores globales. Según Janneth Quiroz, de Monex, esta ventana de oportunidad podría consolidarse si las empresas continúan trasladando operaciones hacia Norteamérica, en especial aquellas relacionadas con tecnología y manufactura avanzada.
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xmh