En medio del creciente conflicto entre productores agrícolas y autoridades federales por los bajos precios del maíz, la empresa Minsa salió a aclarar su papel dentro del mercado. La compañía argumentó que, pese a la percepción de algunos sectores, su participación en la compra del grano es tan limitada que no podría influir en los valores que hoy mantienen presionada a una parte del campo mexicano.
En un comunicado dirigido a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la firma precisó que solo adquiere alrededor del 1% del maíz consumido en México, cifra que —según asegura— la deja sin margen para intervenir en la formación del precio. Minsa subrayó que los valores del grano se definen principalmente por factores internacionales, la situación del tipo de cambio, y las condiciones del mercado interno, variables que incluso están fuera del alcance del sector harinero.
La empresa también explicó que el maíz que compra suele pagarse por encima de las referencias globales debido a que aplica un “premio al maíz nacional” cercano a los mil pesos por tonelada, con el objetivo de incentivar la producción local, especialmente en ciclos donde las cotizaciones internacionales se encuentran deprimidas.
El posicionamiento ocurre en una semana marcada por bloqueos carreteros y protestas encabezadas por campesinos, quienes exigen que el gobierno cubra el 100% de sus costos de producción, además de un 30% de utilidad. La administración federal, por su parte, propone un esquema donde solo se reconoce el 50% de la producción, lo que ha generado fricciones con organizaciones agrícolas de varios estados.
Grupo Minsa, fundada en 1993 y considerada la segunda productora de harina de maíz más grande del país —solo detrás de Gruma—, opera seis plantas en México. En su reporte más reciente, correspondiente al tercer trimestre, informó la venta de 122 mil toneladas métricas, un alza del 10% respecto al mismo periodo de 2024 impulsada por una mayor demanda en mercados especiales y de exportación.
La empresa reiteró que su abastecimiento se concentra en maíz blanco nacional, y que solo recurre a importaciones en casos puntuales de escasez. De acuerdo con sus datos, estas importaciones representan menos del 4% de sus compras anuales y equivalen a apenas 0.1% de la cosecha nacional. Durante los últimos seis años, Minsa ha adquirido cuatro millones de toneladas de maíz blanco mexicano, frente a 69,815 toneladas importadas.
En cuanto al impacto en el precio final de la tortilla, la compañía detalló que la harina de maíz solo aporta alrededor del 35% del costo, mientras que el resto depende de factores como energía, transporte, operación y otros insumos que no controla.
Minsa añadió que participa junto con la CANAMI, productores, molineros, la industria almidonera, tortilleros y el sector pecuario en las mesas de trabajo para construir el Sistema Mexicano de Ordenamiento de Mercado y Comercialización de Maíz, un esquema diseñado para buscar estabilidad y mejorar las condiciones del mercado.
La empresa consideró que, con voluntad y diálogo entre todos los actores de la cadena, será posible alcanzar una solución duradera que atienda las necesidades del campo y contribuya a reducir la incertidumbre que viven miles de agricultores del país.
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