El consumo de alcohol en México no sólo representa un problema de salud pública, sino también un fuerte impacto económico. Según especialistas, el costo total de los efectos relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas asciende al 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a aproximadamente 552 mil millones de pesos anuales. En contraste, la recaudación fiscal de esta industria apenas representa el 0.2 por ciento del PIB.
Este desequilibrio ha llevado a organizaciones y expertos en salud a exigir que los productos alcohólicos sean incluidos en el paquete de “impuestos saludables” propuesto para 2026, junto con tabaco y bebidas azucaradas. La petición busca reducir el consumo de alcohol mediante un aumento en los impuestos, al tiempo que se incrementa la recaudación para enfrentar sus consecuencias sociales.
Durante una conferencia organizada por la Red de Acción sobre el Alcohol (RASA), Carlos Guerrero, de la organización The Economics for Health, explicó que el modelo actual de impuestos al alcohol en México se basa en el valor del producto. Por ejemplo, las cervezas pagan un impuesto del 25.5%, mientras que los destilados con mayor grado alcohólico alcanzan un 52%. Sin embargo, advirtió que esta estructura resulta insuficiente para enfrentar los costos asociados a enfermedades, accidentes y pérdida de productividad.
Guerrero propuso cambiar el modelo fiscal por uno basado en el contenido de alcohol puro. Es decir, que se cobre un monto fijo por cada mililitro de alcohol, sin importar el tipo de bebida. Esta medida, según estimaciones, elevaría los precios de las cervezas hasta un 30% y podría reducir su consumo en más de un tercio.
Por su parte, la investigadora María Elena Medina-Mora alertó sobre el impacto del alcohol en hechos violentos y accidentes. Datos recientes muestran que el alcohol está involucrado en casi el 9% de los homicidios y el 11% de los intentos de suicidio. Además, se mostró preocupada por el aumento en el consumo entre adolescentes, particularmente en mujeres de entre 12 y 17 años.
Desde la OCDE, el economista Bert Brys destacó que los precios de la cerveza y destilados en México están por debajo del promedio de países miembros, lo que facilita su acceso.
Frente a estos datos, expertos coinciden en que es urgente revisar el esquema fiscal del alcohol para que los costos sociales no sigan siendo absorbidos por el sistema de salud y por las familias mexicanas.
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xmh