Guerra de baja intensidad de Ignacio Mier

Por claudia , 5 Diciembre 2025

Suena convincente la versión de que el senador morenista Ignacio Mier Velazco habría sido coparticipe del bloqueo de 37 horas de dos tramos de la autopista México-Veracruz, ocurrido entre la tarde del martes y la noche del miércoles, tal como lo dejaron entrever Antonio Valente Martínez, “El Toñín”, junto con su hija Guadalupe Martínez, la alcaldesa de Quecholac, luego de encabezar un mitin con los labriegos que cerraron la vialidad con la bandera de ser una protesta contra la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, pero que en realidad sonó a un movimiento desestabilizador con efectos políticos en el estado de Puebla.

Dentro del ambiente político poblano se tiene la percepción de que existe una estrategia bien planeada, una llamada “guerra de baja intensidad”, en contra de la 4T y del grupo en el poder, encabezado por el mandatario Alejandro Armenta Mier.

Los operadores de esa estrategia –se menciona en los corrillos políticos– se dedican a magnificar en redes sociales y algunos medios de comunicación de la Ciudad de México cualquier situación embarazosa, una mala declaración de prensa o algún yerro del gobernador o los miembros de su gabinete, así como de los legisladores morenistas del Congreso local.

Y se dice, de manera muy insistente y sin que se tengan pruebas visibles, que quien estaría atrás de todo ese movimiento conspirativo es el senador morenista Ignacio Mier Velazco, quien en diciembre de 2023 perdió frente a Armenta Mier la candidatura de la 4T al gobierno de Puebla.

Aunque Nacho Mier ha concentrado su actividad política en la Ciudad de México y sus labores en el Congreso de la Unión –luego de perder la contienda interna de Morena–, sería el principal interesado que a los actuales gobernantes de la 4T en Puebla les vaya mal, ya que de eso depende que él tenga un buen futuro político.

<cab> ¿Hay una alianza entre Mier y “El Toñín”

Lo ocurrido esta semana en torno al conflicto que se vivió en la autopista es muy grave, por la reaparición de “El Toñín” que, por enésima vez, se muestra públicamente en una actitud retadora, insolente y soberbia frente a la autoridad estatal.

Tal como lo ha hecho otras veces, Antonio Valente Martínez se ha vuelto a mostrar como un personaje intocable, pese a los supuestos procesos de investigación que existen en su contra por presuntamente combinar la actividad del robo a gran escala de combustibles –el huachicol—con una exitosa cadena de empresas dedicas a la exportación de hortalizas hacia el mercado de Estados Unidos y de las cadenas mexicanas de supermercados.

Es un comportamiento que brotó durante el sexenio del gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas y se ha extendido hasta las últimas administraciones estatales de la 4T.

No son pocos los años en que “El Toñín” se ha burlado y ha retado a las autoridades ministeriales.

A lo largo de esto años, “El Toñín” ha exhibido su enorme riqueza –con la compra de autos y casas de lujo–; su impunidad, porque se burla de las investigaciones, del fuero común y federal, que hay en su contra; su pericia para “esfumarse”, ya que se han desplegado media docena de operativos fallidos que no lo han podido detener; y la poderosa base social que lo respalda, pues cada vez que la policía o el Ejército quieren entrar a sus dominios, la gente de la región sale a defenderlo.

A todo lo anterior se debe agregar su supuesta filantropía de regalar comida en áreas pobres de la capital.

Todo eso que se ha descrito en las líneas anteriores, había ocurrido sin que nunca involucrara “El Toñín” a una fuerza política, a excepción del minúsculo partido del PSI que le ha concedido a su hermano y su hija las candidaturas a la alcaldía de Quecholac.

Por esa llamó mucho la atención que ahora este personaje, junto con su hija, hayan mencionado el nombre del senador Ignacio Mier Velazco.

Esa situación parece plantear tres posibles lecturas:

La primera es que, como parte de una simple actitud provocativa, “El Toñín” haya involucrado la figura de Ignacio Mier, pues todo mundo sabe de la larga rivalidad política que ha existido entre el senador y el gobernador Alejandro Armenta Mier, misma que se acrecentó cuando ambos se enfrentaron a lo largo de 2023 por la candidatura de Morena al gobierno de Puebla.

Una segunda lectura es que Antonio Valente Martínez esté dando un viraje a sus estrategias de supervivencia y ahora entiende que, debe sumar a actores políticos en la resistencia que ha desarrollado en los últimos años en que brotó su nombre como presunto líder de las “mafias del huachicol” del llamado “Triángulo Rojo”.

O también hay una tercera lectura: que Ignacio Mier Velazco esté buscando aliarse con quien le garantice poder y dinero, como parte de un proyecto de revitalizar su proyecto de volverse a presentar en la contienda interna de Morena, o de cualquier otra fuerza política, en la búsqueda de la gubernatura de Puebla.

Esta última posibilidad se entendería luego de que todas sus estructuras políticas y de financiamiento se derrumbaron cuando perdió la postulación de la 4T, hace dos diciembres.

Cualquier explicación que se puede dar a la supuesta relación del nombre de Mier y “El Toñín”, debe quedar claro algo: es una peligrosa combinación para la estabilidad social de Puebla. Es algo inaceptable.

Por el bien de todos los habitantes de la entidad poblana, es necesario que Ignacio Mier Velazco se deslinde de “El Toñín”.

 

clh

Contador
33