Entre aplausos y el sonido del mariachi familiares y compañeros dieron este miércoles, el último adiós a Yusami Monterrosas Apolinar y Arturo Jiménez, elementos de la policía municipal de San Salvador Huixcolotla, quienes fueron asesinados en una emboscada el pasado domingo 2 de noviembre.
El doble homicidio, que formó parte de un ataque más amplio donde tres policías perdieron la vida, entre ellos la comandante Monterrosas, ha sumido en el luto a la corporación y al municipio, una de las zonas consideradas como parte del "Triángulo Rojo".
Los cuerpos de los oficiales fueron sepultados en el Panteón del Camino a Juárez, en Quecholac, donde se llevaron a cabo las ceremonias fúnebres, donde destacaron la valentía y el servicio de los agentes caídos, cuya vida fue truncada en el cumplimiento de su deber.
La emboscada ocurrió la noche del 2 de noviembre en la entrada del municipio de Huixcolotla y según los reportes de la Fiscalía General del Estado (FGE) revelaron la brutalidad del ataque: la patrulla de los uniformados recibió al menos 154 disparos, lo que indica la magnitud y saña de la agresión.
El ataque ha sido presuntamente adjudicado por el grupo delictivo autodenominado "La Barredora", que opera en la región y que incluso habría difundido un video mostrando el momento del asalto armado.
Tras el artero asesinato, la corporación policial de Huixcolotla experimentó una renuncia masiva de agentes, lo que obligó al Gobierno del Estado de Puebla a tomar el control total de la seguridad pública del municipio.
El adiós a Yusami Monterrosas y Arturo Jiménez se convierte en un doloroso símbolo de los riesgos y la violencia que enfrentan los cuerpos policiales en Puebla, particularmente en regiones marcadas por la disputa de grupos criminales.
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Foto: Especial
AV
