Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre una posible intervención militar en Nigeria provocaron una ola de rechazo entre líderes cristianos del país, pese a que el político afirmó que busca detener los presuntos asesinatos de civiles cristianos.
Nigeria, considerada la nación más poblada de África, se encuentra dividida entre un sur de mayoría cristiana y un norte predominantemente musulmán. Esta compleja composición ha alimentado conflictos internos en los que, según analistas, ambas comunidades han sufrido pérdidas humanas.
En las últimas semanas, el relato de una “persecución cristiana” ha ganado fuerza entre grupos de la ultra-derecha europea, quienes en el pasado han orquestado campañas de acoso en contra de migrantes nigerianos, sin en ningún momento cuestionar sus afiliaciones religiosas.
Sin embargo, líderes en Nigeria insisten en que la violencia afecta a todos por igual, ya que no sólo matan a cristianos, también a musulmanes, acusando al republicano de utilizar la situación como excusa para saquear sus recursos e impulsar su agenda genocida que sataniza al islam.
También tacharon su discurso "pro-cristiano" de hipócrita, ya este continúa ignorando que el régimen sionista de Israel ha perpetrado múltiples ataques dirigidos contra comunidades cristianas en Gaza, incluso en el medio de su fallido y muy violento cese al fuego.
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Foto: CNN
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