Washington, Estados Unidos. — El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que instruye a la fiscalía general a iniciar el proceso para reclasificar la marihuana como una droga menos peligrosa , lo que representa un cambio histórico en la política federal sobre esta sustancia.
Hasta ahora, la marihuana se encontraba en la Lista I de sustancias controladas , junto a la heroína , el LSD y otras drogas altamente adictivas. Con esta decisión, pasaría a la Lista III , donde figuran compuestos como la ketamina , ciertos analgésicos y esteroides anabolizantes .
Esta reclasificación no implica la legalización del consumo recreativo , que seguirá prohibida a nivel federal. Sin embargo, abre la puerta a una mayor flexibilidad legal , una expansión en la investigación científica y un replanteamiento social y regulatorio en torno al uso del cannabis .
El cambio se produce en un contexto de creciente aceptación estatal del uso de la marihuana. Cuarenta estados permiten actualmente la venta de productos medicinales derivados del cannabis , y veinticuatro de ellos también autorizan el consumo recreativo entre adultos . Aun así, las diferencias legales entre estados siguen siendo significativas: trasladar marihuana de una jurisdicción donde es legal a otra donde no lo es continúa siendo un delito federal .
La medida podría reducir la severidad de las penas asociadas al cultivo, posesión y tráfico , fomentando una aplicación más moderada de las leyes y evitando condenas desproporcionadas. No obstante, los expertos legales advierten que para uniformar el marco regulatorio será necesario un voto del Congreso y la revisión de la Administración para el Control de Drogas (DEA) .
Desde el punto de vista económico, la reclasificación puede generar un impulso para la industria del cannabis , al permitir que las empresas accedan a beneficios fiscales de los que antes estaban excluidas. Al quedar fuera de la Sección 280E del código fiscal , los negocios del sector podrán deducir gastos operativos y reclamar créditos como cualquier otra empresa.
No obstante, el decreto no modifica las restricciones bancarias , lo que mantiene a los productores de marihuana y derivados en una posición de desventaja financiera . Muchas compañías dependen todavía de prestamistas alternativos o capital privado, ya que la mayoría de los bancos tradicionales se niegan a operar con entidades vinculadas a sustancias controladas.
A pesar de esas limitaciones, la reforma regulatoria se considera un paso clave hacia una mayor claridad jurídica y una aceptación institucional del cannabis. Las empresas farmacéuticas y centros de investigación anticipan una expansión en los ensayos clínicos , gracias a la eliminación de trabas burocráticas y restricciones de financiamiento .
La medida también abre nuevas oportunidades para el desarrollo de medicamentos derivados del cannabis y del cáñamo , planta que comparte origen con la marihuana y fue legalizada en Estados Unidos en 2018. Los compuestos extraídos de ella, como el cannabidiol (CBD) , han mostrado propiedades analgésicas y antiinflamatorias sin los efectos psicoactivos del tetrahidrocannabinol (THC) .
Hasta ahora, solo tres fármacos basados en cannabis cuentan con aprobación oficial , pero este nuevo marco legal podría ampliar su uso y permitir que los servicios de salud federales , como Medicare y Medicaid , incluyan tratamientos a base de cannabinoides dentro de su cobertura.
Con esta decisión, el gobierno estadounidense da un paso hacia una política más pragmática frente al cannabis, que busca equilibrar la seguridad pública , la salud social y la innovación científica , en un país donde la percepción sobre la marihuana ha cambiado profundamente en las últimas décadas.
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Foto: Especial
Djs