Washington, EE.UU. UU.- En los últimos seis meses, el impacto económico de los nuevos aranceles anunciados por el expresidente Donald Trump ha comenzado a sentirse con fuerza en los hogares estadounidenses. Decenas de ciudadanos han reportado al medio británico The Guardian un aumento constante en el costo de los productos básicos, lo que ha obligado a muchos a modificar sus hábitos de consumo y ajustar severamente sus presupuestos.
Paige Harris, madre de dos hijos y residente de Stella, Carolina del Norte, afirmó que los precios de artículos esenciales como fórmula infantil y productos de higiene han aumentado de manera sostenida. Como asistente de profesor, su presupuesto familiar se ha visto sobrepasado, al punto de que ciertos alimentos, como los cortes de carne, han sido eliminados de su dieta doméstica.
Un estudio reciente de S&P Global estimó que, para 2025, las empresas asumirán más de 1,2 billones de dólares en gastos adicionales, de los cuales al menos dos tercios –alrededor de 900 mil millones– recaerán directamente sobre los consumidores. En la misma línea, el Laboratorio de Presupuesto de Yale calculó que los hogares estadounidenses podrían enfrentar un incremento anual de hasta 2.400 dólares debido a los aranceles.
La percepción generalizada es que estas medidas contradicen las promesas iniciales de la administración Trump, que aseguraron buscar una vida más asequible para los ciudadanos. Harris, al igual que otros entrevistados, criticó que el gobierno haya impulsado políticas que afectan el costo de vida sin ofrecer alternativas sostenibles.
Jean Meadows, jubilada de 74 años que vive en Huntsville, Alabama, relató que ha reducido sus compras a lo esencial y solo acude a Costco para evitar precios elevados. Asegura que el temor por lo que podría venir es compartido por muchos. En una encuesta exclusiva realizada para The Guardian , los aranceles fueron identificados como la segunda mayor amenaza para la economía del país.
Myron Peeler, también jubilado y cuidador de su esposa enferma, indicó que los aumentos en productos básicos como el pan han duplicado su costo en un año, afectando gravemente su economía. Solo el hecho de tener casa y vehículo propios le ha permitido sobrellevar la situación.
Pese a las críticas, Trump mantiene su firmeza en la política arancelaria, la cual, según la Casa Blanca, busca fortalecer la manufactura nacional y mejorar los ingresos frente a sus socios comerciales. La tensión con China se reavivó recientemente, cuando el expresidente amenazó con imponer un arancel del 100% a las importaciones de ese país, luego de que Pekín restringiera la exportación de minerales clave para industrias tecnológicas y médicas. En una entrevista, Trump admitió que la política no es sostenible, pero sostuvo que no tenía otra opción.
Según el Instituto Peterson de Economía, el promedio actual de aranceles aplicados a productos chinos por parte de EE.UU. UU. ronda el 58%. Esta carga ya está teniendo efectos visibles. Michele, residente en Pensilvania, señaló que no puede reemplazar los neumáticos de su vehículo debido a la falta de opciones grandes en el mercado.
Otras voces, como la de Natalie, una mujer semijubilada de New Hampshire, también reflejan este cambio en el panorama de consumo. Mencionó que los estantes de los supermercados presentan cada vez menos opciones y que las marcas conocidas están siendo reemplazadas por alternativas genéricas. Natalie, que planea volver al trabajo parcial en un supermercado, indicó que productos como la comida para gatos han subido hasta el doble de su precio original.
Para Minnie, una escritora gastronómica de Oregón, los cambios van más allá del supermercado. Ha eliminado gastos superfluos y decidió que este año no comprará regalos, sino que los fabricará ella misma. Como fuera, incluso en lugares de comida rápida, ha dejado de ser una opción.
Aunque la inflación general en el país ha bajado al 2,9%, los aranceles han impedido que esa reducción se traduzca en un alivio para los bolsillos. Richard Ulmer, de 81 años y residente en Florida, calificó este como el peor año financiero de su vida, afirmando que todo se ha encarecido, desde alimentos hasta servicios básicos.
Cassie, una joven consultora de 25 años de Siler City, Carolina del Norte, explicó que su presupuesto de 65 dólares semanales ya no le permite realizar compras en un solo lugar. Ahora debes recorrer varias tiendas e incluso trasladarse a otros pueblos para encontrar mejores precios. Relató que tras el anuncio de nuevos aranceles a países latinoamericanos, durante dos semanas fue imposible conseguir plátanos en su zona.
Este panorama evidencia cómo la política arancelaria está transformando de forma directa la economía cotidiana de millas de estadounidenses.