Baltimore, Maryland.- Un estudiante de preparatoria fue esposado y sometido a una revisión policial en las inmediaciones de la escuela Kenwood High School, luego de que un sistema de inteligencia artificial (IA) destinado a detectar armas identificara erróneamente una bolsa vacía de papas fritas como una amenaza.
El joven, identificado como Taki Allen, relató que el incidente ocurrió la tarde del lunes mientras esperaba transporte tras un entrenamiento de fútbol americano. En declaraciones a medios locales ya CNN, explicó que fue obligado a arrodillarse, colocar las manos detrás de la espalda y fue esposado mientras varios oficiales lo apuntaban con armas. Posteriormente, los agentes descubrieron que el supuesto objeto peligroso era en realidad una bolsa de Doritos tirada en el suelo.
Kate Smith, directora del plantel, informó que el sistema de IA emitió una alerta por la posible presencia de un arma, pero el equipo de seguridad del distrito logró determinar rápidamente que no existía riesgo alguno y canceló la alarma. No obstante, esa información no fue transmitida de forma oportuna al oficial asignado a la escuela, quien solicitó asistencia policial.
"Somos conscientes de lo angustiante que resultó la situación tanto para el estudiante como para quienes la presenciaron. La seguridad de nuestra comunidad escolar es prioritaria", expresó Smith en un comunicado oficial.
La compañía Omnilert, responsable del sistema de detección utilizado, lamentó lo sucedido, aunque defendió el funcionamiento del programa al señalar que su diseño contempla alertar sobre amenazas potenciales para ser evaluadas por personal humano. A pesar de ello, el incidente ha generado fuertes cuestionamientos sobre el uso de IA en entornos escolares y el nivel de intervención policial ante alertas incorrectas.
En respuesta a lo ocurrido, autoridades locales, como el concejal Izzy Patoka, han pedido revisar los protocolos vigentes. “Ningún estudiante debería ser confrontado por la policía por sostener una bolsa de Doritos”, afirmó. Por su parte, la superintendente escolar Myriam Rogers calificó el caso como lamentable y aseguró que se revisarán los procedimientos de seguridad para evitar que situaciones similares se repitan.