El sector ganadero de Chihuahua enfrenta un nuevo desafío: mientras sigue sin poder exportar ganado bovino por la emergencia del gusano barrenador, productores de Estados Unidos exigen imponer un arancel del 25 por ciento a las importaciones mexicanas de ganado en pie. La medida, impulsada por la organización R-CALF USA, podría agravar la crisis que ya afecta a miles de ranchos en el norte del país.
La Asociación de Ganaderos Unidos R-CALF USA, junto con el Fondo Legal de Acción de Ganaderos, presentó una solicitud formal ante la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para reformar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Su objetivo, señalaron, es “restablecer la competencia leal y fortalecer la seguridad alimentaria nacional”, pues acusan que el actual marco comercial mantiene un déficit para el ganado estadounidense y debilita los precios internos.
Según el documento, la apertura del mercado norteamericano ha contribuido al cierre de granjas familiares y a la pérdida de autosuficiencia alimentaria en comunidades rurales.
Efectos directos sobre México y Canadá
La organización propone un modelo de “comercio gestionado”, en el que las importaciones de ganado y carne sean reguladas con contingentes arancelarios globales, es decir, con límites de volumen y tarifas diferenciadas por peso o tipo de producto.
Entre las medidas destaca la aplicación inmediata de un arancel del 25% a las importaciones de ganado vivo procedente de México y Canadá, lo que —afirman— ayudaría a equilibrar precios internos y recuperar el hato bovino estadounidense.
Además, plantean actualizar las normas de origen y aplicar un etiquetado obligatorio que especifique el país de nacimiento, crianza y sacrificio de cada animal, garantizando transparencia al consumidor y priorizando el consumo nacional.
Chihuahua y el norte del país, los más afectados
En México, el impacto sería inmediato.
Los ganaderos de Chihuahua, que desde hace nueve meses no pueden exportar por el brote de gusano barrenador, temen que la nueva medida prolongue la crisis del sector.
El cierre de frontera afectó ya a miles de productores y redujo drásticamente el flujo de exportaciones hacia Estados Unidos.
A la par, estados como Sonora, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas también sufrirían las consecuencias de un nuevo arancel.
Ante el panorama incierto, los productores chihuahuenses impulsan proyectos para industrializar la carne local y abrir rutas de exportación hacia Asia, buscando reducir la dependencia del mercado estadounidense.
Sin embargo, reconocen que la recuperación del hato ganadero tomará tiempo y que cualquier medida restrictiva adicional afectará la competitividad del sector y los precios del mercado interno.
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