Esta semana se inaugura el Salón Internacional de la Movilidad (Internationale Automobil-Ausstellung), IAA, en Múnich, Alemania, mientras, la industria automovilística alemana se enfrenta a numerosos obstáculos. Además, China viene muy fuerte. El evento, que organiza la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), se divide en dos partes, para especialistas del sector y eventos públicos al aire libre por toda la ciudad.
Ya quedaron atrás los días en que los consumidores asistían a los salones del automóvil, probaban las diferentes marcas y se llevaban a casa bolsas llenas de folletos informativos. Para seguir siendo relevantes, estas ferias deben seguir mostrando prototipos llamativos, además de abordar temas como los vehículos autónomos, la inteligencia artificial y el abandono de los motores de combustión interna.
La situación, según agencias informativas alemanas, es la siguiente:
-En lugar de centrarse en el lujo y la potencia, la IAA ha optado por una perspectiva más amplia, que reúne a fabricantes de automóviles con desarrolladores de software, proveedores y fabricantes de bicicletas, scooters y otros vehículos de micromovilidad.
-El objetivo es responder a grandes cuestiones sobre sostenibilidad, innovación, infraestructura de carga, así como redes de transporte público más amplias y movilidad compartida.
-Los fabricantes alemanes se encuentran en una posición bastante vulnerable. El país ha perdido alrededor de 51 mil 500 empleos en la industria automotriz durante el último año, según un informe publicado la semana pasada, equivalente al 6.7 por ciento de la fuerza laboral total del sector en Alemania.
-El exceso de personal de producción, el aumento de los costos laborales y la caída de las ganancias son responsables de la pérdida de empleo. Al mismo tiempo, la industria automotriz alemana debe lidiar con aranceles estadounidenses del 15 por ciento y la disminución de las lucrativas exportaciones a China.
-Entre los expositores de la IAA de este año se encuentran los fabricantes alemanes Audi, BMW, Mercedes, Porsche y VW, además de los proveedores Continental y Schaeffler.
-Desde hace varios años, la industria automotriz alemana experimenta el cambio estructural más profundo de su historia, sobre todo en el caso de la transición hacia la movilidad eléctrica.
-El país es líder en solicitudes de patentes de tecnologías de propulsión ecológica y desde 2021, ocupa el tercer lugar mundial en nuevas matriculaciones de vehículos eléctricos (VE), por detrás de China y Estados Unidos. Según la VDA, en el primer semestre de 2025 se produjo un récord de 864 mil coches eléctricos en Alemania.
-Esto significa que el 40 por ciento de la producción nacional total de automóviles es ahora eléctrica, en comparación con el 30 por ciento del mismo período del año anterior. La VDA calcula que 1.7 millones de vehículos eléctricos saldrán de las líneas de montaje para finales de 2025.
-En Múnich, con 280 expositores, se espera que la cita de movilidad suponga el regreso alemán a lo grande, que BMW, VW y Mercedes presenten nuevos vehículos que prioricen la tecnología y la movilidad eléctrica.
-Habrá expositores de Europa, Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur, Taiwán y Turquía. China está bien representada con docenas de expositores y muchos fabricantes europeos ven esto como una señal preocupante.
-Las marcas chinas están superando a la competencia extranjera dentro de China y se expanden agresivamente con su experiencia en vehículos eléctricos. Tesla es uno de los grandes ausentes.
Hasta aquí la situación actual y los retos.
Los expertos como Anita Wölfl, consideran que el mayor riesgo en la transición hacia la movilidad eléctrica es la flexibilización de los límites de CO2 y las constantes discusiones sobre una posible revocación de la decisión de eliminar gradualmente los motores de combustión.
Arthur Kipferler apunta que las marcas tradicionales se enfrentan al riesgo de no gestionar una necesaria transformación para convertirse en empresas más pequeñas, más eficientes, más ágiles y más digitales y basadas en software.
Una transición tan disruptiva tendrá consecuencias para los fabricantes consolidados y sus finanzas. El estancamiento de los mercados y la aparición de nuevas marcas reclamando más cuota de mercado podrían significar el fin del crecimiento, lo cual sería una mala noticia para Alemania. Y también para Puebla.
En fin, como escribió Emilio Bobadilla (Cuba, 1862-1921), en su poema Horas Fatídicas:
Ni un momento de paz. El sueño, inquieto,
y la vigilia, de temores llena
todo, amenaza, furibundo reto
que el vivir por minutos envenena.
Batallas sin cuartel en que a pedazos
sucumbe el hombre y en el mar que brota
purpúreo de la riña, abiertos brazos,
armisticio que pide la derrota.
clh