El gusto por los destilados va en aumento en México y, en medio de esa competencia, el whisky ha comenzado a ganar un lugar especial en el mercado. Con cada vez más marcas nacionales en los anaqueles, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) decidió ponerlos a prueba para medir qué tan confiables y de calidad resultan.
El organismo aplicó más de 300 pruebas a 41 marcas de bebidas alcohólicas, enfocándose en aquellas botellas de whisky que no rebasan los 130 pesos. El objetivo fue verificar que cumplan con la normatividad y que los consumidores realmente obtengan lo que prometen las etiquetas.
Entre los resultados, uno de los nombres que sobresalió fue el MacDowall 5, un whisky producido en México. Su transparencia en la lista de ingredientes y el cumplimiento de estándares lo colocaron como una opción accesible pero con sabor y calidad que compite con bebidas de mayor precio. Esta edición, añejada en barricas de roble, ofrece notas de vainilla y especias, lo que le da un perfil atractivo tanto para principiantes como para quienes buscan una opción económica sin perder la experiencia de un buen trago.
El estudio también destacó al whisky John Cor, de origen español, por mantener fielmente el contenido de alcohol señalado en su etiqueta y por no presentar irregularidades. La relación costo–calidad lo posiciona como otra alternativa confiable para el consumidor mexicano.
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xmh
