En México, los vales de despensa continúan consolidándose como una de las prestaciones laborales más utilizadas. De acuerdo con la Asociación de Sociedades Emisoras de Vales (ASEVAL), en los próximos cinco años se incorporarán más de un millón de nuevos usuarios, lo que representará un crecimiento del 10 por ciento respecto al nivel actual.
El presidente ejecutivo de ASEVAL, Marco Martínez, explicó que este aumento se verá impulsado tanto por la creación de empleos como por la adopción de esta prestación entre pequeñas y medianas empresas que comienzan a integrarla a sus esquemas de beneficios.
Actualmente, cerca de 10 millones de trabajadores reciben vales de despensa —en su mayoría a través de tarjetas electrónicas—, de los cuales uno de cada diez pertenece al sector público. Martínez precisó que este año se prevé sumar 250 mil usuarios, y que a partir de 2026 el promedio anual será de 200 mil más.
Aunque la inflación ha impactado el poder adquisitivo de las familias, los vales se mantienen como parte esencial del gasto cotidiano, principalmente en alimentos y productos de primera necesidad. “El trabajador recibe sus vales y va al supermercado, no los guarda. Es parte de su economía familiar”, comentó Martínez.
El sistema ha evolucionado en cuatro décadas: de las canastas básicas de productos en los años 80, a los vales de papel, y finalmente a los monederos electrónicos. El cambio clave ocurrió en 2014, cuando una reforma fiscal obligó a las empresas a otorgarlos a través de monederos autorizados por el SAT, lo que consolidó la digitalización del sector.
Hoy, más de 75 mil empresas y organismos públicos en México otorgan este beneficio, que en promedio equivale a mil 200 pesos mensuales, aunque la ley permite entregar hasta una UMA (cerca de 3 mil 500 pesos).
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xmh