Atlixco. En el aire ya se respira el incienso y el cempasúchil. Y en medio de ese aroma ancestral un par de Catrinas gigantes, nacidas del talento de artistas atlixquenses, emprendieron este martes un viaje que trasciende fronteras y temporadas: su destino, Estados Unidos y Colombia.
Bajo el cielo templado de octubre, entre pinceles aún manchados de color y miradas orgullosas, las autoridades locales y los propios creadores dieron el banderazo de salida. Las dos figuras, de rostros elegantes y sonrisas eternas, fueron cuidadosamente empaquetadas y aseguradas en unidades de carga que recorrerán miles de kilómetros para llevar un pedazo del alma mexicana más allá del valle.
Estas esculturas monumentales forman parte del plan turístico “Valle de Catrinas”, un proyecto que busca posicionar a Atlixco como un referente nacional e internacional durante la temporada de Todos Santos, cuando las calles se llenan de flores, papel picado y música para honrar a los que ya partieron.
Con este envío, el arte y la tradición de Atlixco no sólo se exhiben, también dialogan con el mundo recordando que la Catrina sigue viva en la cultura popular y en el corazón de quienes celebran la vida a través de la muerte.
Mientras las gigantes de cartonería avanzan hacia su nueva morada, en Atlixco la gente ya prepara altares, velas y ofrendas. Las Catrinas viajeras se convierten así en embajadoras del espíritu que distingue a esta tierra: un homenaje colorido, artístico y profundamente humano a la memoria.
Las figuras alcanzan más de tres metros de altura y están elaboradas con técnicas de cartonería y materiales reciclables. El proyecto ha atraído a miles de visitantes en ediciones anteriores.
Foto: Cortesía
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