El mundo del rock alternativo y el nu-metal está de luto. Este sábado, la banda estadounidense Limp Bizkit confirmó la muerte de su bajista y cofundador Sam Rivers, a los 48 años de edad. La agrupación lo despidió con un mensaje en redes sociales donde lo describió como “el latido de nuestro corazón”, reconociendo su papel esencial en la historia del grupo.
El sonido que definió a una generación
Desde la creación de Limp Bizkit en 1994, Sam Rivers fue pieza clave en la construcción de su estilo: una mezcla de rap, metal y rock alternativo que marcó a toda una generación. Su bajo se convirtió en un sello inconfundible en discos como Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000), álbumes que catapultaron a la banda a la fama internacional con éxitos como Break Stuff y My Way.
Más que un músico, Rivers fue un innovador dentro del nu-metal, aportando una base rítmica sólida y creativa que influyó en decenas de bajistas contemporáneos. Su técnica fue reconocida por fusionar precisión y energía, elementos que consolidaron a Limp Bizkit como una de las bandas más representativas del cambio de milenio.
Reacciones y despedidas
La noticia provocó una ola de mensajes en la industria musical. A través de un comunicado, Limp Bizkit expresó:
“Descansa en paz, hermano. Tu música nunca termina.”
Fanáticos, músicos y medios internacionales lamentaron la pérdida del artista, recordando su contribución a un género que rompió las fronteras del rock tradicional.
