Ciudad de México.- Las principales agencias espaciales del mundo han activado protocolos de defensa planetaria como parte de un ejercicio preventivo, a raíz del paso del cometa 3I/ATLAS , un objeto que actualmente se desplaza por el sistema solar interior. La NASA , la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) participan en un monitoreo intensivo del fenómeno, pese a que se ha descartado cualquier riesgo para la Tierra.
El cometa 3I/ATLAS , detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile, es el tercer cuerpo de este tipo registrado hasta ahora, tras el paso de 'Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Su órbita hiperbólica indica que proviene de fuera del sistema solar, lo que ha despertado gran interés entre astrónomos y científicos planetarios.
Según los cálculos, el cometa alcanzará su punto más cercano al Sol el 30 de octubre de 2025, a 1.4 unidades astronómicas, mientras que su acercamiento máximo a la Tierra será de 1.8 unidades astronómicas, es decir, unos 270 millones de kilómetros. Esta distancia elimina cualquier posibilidad de impacto.
Observaciones del telescopio espacial James Webb revelaron una inusual concentración de dióxido de carbono en relación con el agua, lo cual indica que su composición química es distinta a la de los cometas comunes del sistema solar.
El monitoreo intensivo tiene como finalidad recolectar datos precisos sobre la trayectoria y características físicas del cometa, además de evaluar la capacidad de respuesta ante objetos interesantes no catalogados. La IAWN ha programado una campaña de observación que se extenderá de noviembre de 2025 a enero de 2026, en la que se realizarán análisis astrométricos y espectroscópicos para seguir su evolución.
Entre las razones para mantener esta vigilancia se encuentran la obtención de información orbital detallada, el estudio de su composición exótica y la prueba de los sistemas de coordinación internacional ante amenazas potenciales, aunque en este caso no existe peligro real.
La NASA reiteró que no se contempla ninguna misión de desviación o interceptación, ya que se trata de un ejercicio con fines científicos y de preparación. La observación se centra en mejorar la comprensión de estos objetos y en probar los mecanismos de alerta temprana.
Algunas fechas claves en el seguimiento del cometa incluyen su descubrimiento el 1 de julio, la estimación de su núcleo por el telescopio Hubble el 21 de julio, la detección de su composición química por el James Webb el 25 de agosto y el anuncio formal de la campaña internacional de observación el 21 de octubre.
A medida que se aproxime al Sol, se espera que 3I/ATLAS incremente su actividad, presentando cambios en el brillo, la emisión de gases y la formación de su cola. Esto permitirá a los científicos afinar modelos sobre su estructura y evolución.
Este operativo representa una valiosa oportunidad para probar la eficacia de la defensa planetaria frente a objetos con trayectorias inusuales. A diferencia de cometas o asteroides del sistema solar, los cuerpos interesantes presentan grandes incertidumbres en su comportamiento, lo que justifica una observación extendida y medidas de coordinación internacional.