La tradición del Día de Muertos, herencia muy viva que da identidad a México: UPAEP

Por cesar , 25 Octubre 2025
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-El Arqueólogo Eduardo Merlo Juárez, Asesor Cultural de la UPAEP, destaca la importancia de preservar esta festividad ancestral que honra a los difuntos con color, aroma y sabor.
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“El Día de Muertos es, sin duda, la fiesta popular más importante de México, incluso por encima de la Navidad, porque es una celebración colectiva que nos une como nación”, aseguró el arqueólogo Eduardo Merlo Juárez, Asesor Cultural de la UPAEP.

Merlo Juárez explicó que esta tradición tiene su origen en las culturas prehispánicas, las cuales concebían la muerte no como un castigo, sino como un descanso. “Nuestros antepasados creían que los difuntos regresaban una vez al año a visitar a los vivos. Por eso los recibimos con una comida bien adornada. Si no hay comida, no hay ofrenda. Es un banquete para quien amamos y que ya partió”, destacó.

El arqueólogo recordó que los elementos de la ofrenda tienen un profundo simbolismo. “Al muerto se le ofrecen aromas, colores, sabores y sonidos, porque al estar en el más allá, sus sentidos están dormidos. Por eso deben sentir el olor del mole, escuchar las oraciones y saborear los platillos que más disfrutaban en vida”, comentó.

En toda ofrenda mexicana, explicó, no pueden faltar el mole y el arroz, “porque son los platillos tradicionales de la región poblana”, además de un postre o dulce, como el tradicional punche de maíz azul y flor de azahar, hoy en proceso de rescate entre las nuevas generaciones.

Asimismo, las flores de cempasúchil son esenciales, no solo por su aroma y color, sino por su profundo significado simbólico. “En el mundo prehispánico, el sol que se ocultaba al morir el día se convertía en una gran flor de cempasúchil en el inframundo. Por eso se le llama flor de muertos. Además, sus pétalos forman caminos para guiar a las almas hacia su hogar”, explicó.

Merlo Juárez señaló que ofrecer alimentos a los difuntos es una forma de reciprocidad y gratitud. “Nuestros abuelos y bisabuelos trabajaron por nosotros, nos alimentaron, y al morir se convirtieron en abono de la tierra. Nosotros les devolvemos el favor ofreciéndoles comida. Es un gesto de amor y reconocimiento”, enfatizó.

También aclaró algunos mitos comunes: “Las ofrendas con escalones, los siete niveles o los tres pisos no tienen un significado ancestral. La ofrenda original era un banquete sencillo, adornado con flores y luces, no un altar simbólico. Es una tradición familiar, no religiosa, aunque muchos incluyan imágenes por devoción personal”.

 

Foto: Especial 

cdch

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