El conflicto por la barda perimetral de la Central de Abasto sigue abierto, pero el Ayuntamiento de Puebla asegura que actuará con respeto a las resoluciones judiciales y mantendrá el diálogo con los comerciantes inconformes. Así lo informó Gabriel Biestro Medinilla, presidente de la Comisión de Gobernación, quien subrayó que el objetivo es conciliar intereses sin detener el desarrollo urbano.
En entrevista, Biestro indicó que existen opiniones divididas entre los locatarios, ya que algunos respaldan la obra por motivos de seguridad, mientras que otros consideran que afecta la visibilidad y el acceso a sus negocios.
“Hay unos que sí quieren, hay otros que no. Algunos se ven afectados exclusivamente por su local”, expresó el funcionario.
Ayuntamiento acatará decisión judicial, pero mantiene el diálogo
El presidente de la Comisión de Gobernación afirmó que la Secretaría del Ayuntamiento continúa las mesas de diálogo con todos los comerciantes involucrados para encontrar una salida conjunta.
“El ayuntamiento respetará cualquier resolución judicial que se emita”, añadió Biestro, al referirse a los amparos interpuestos por bodegueros.
Cabe recordar que el pasado 13 de octubre, varios comerciantes colocaron pancartas en rechazo a la obra, luego de que un juez federal les otorgó una suspensión provisional dentro del expediente 1486/2025.
Entre los inconformes se encuentra la locataria Karen García, quien argumentó que la barda bloquea la visibilidad de sus negocios ubicados sobre el Circuito Interior Norte, números 1795 y 1787.
El 9 de octubre, el secretario de Gobernación municipal, Francisco Rodríguez, confirmó la suspensión temporal de los trabajos en la zona donde operan locales dedicados a la venta de productos plásticos.
Previamente, a finales de septiembre, el Juez Segundo de Distrito en San Andrés Cholula había ordenado detener la obra en el inmueble marcado con el número 1769, local A, tras la denuncia de otro comerciante, Salvador García, quien alegó que la estructura obstruye la entrada de su bodega.
La barda perimetral contempla una extensión de 450 metros lineales y una altura de 2.5 metros, además de tres portones vehiculares y dos accesos peatonales.
El proyecto, impulsado por el ayuntamiento, busca fortalecer la seguridad y el control de acceso a una de las zonas comerciales más grandes de la capital poblana, aunque aún enfrenta divisiones entre los locatarios.
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foto ilustrativa
xmh