Antojos durante el embarazo podrían afectar la salud metabólica de los hijos, advierten expertos

Por diegoantonio , 23 Noviembre 2025
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Investigaciones recientes del Instituto IDIBAPS señalan que los antojos por alimentos ultraprocesados durante el embarazo pueden alterar la programación metabólica del feto y aumentar el riesgo de obesidad y ansiedad en etapas posteriores.
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Los antojos durante el embarazo, especialmente por alimentos ricos en grasas y azúcares, podrían tener consecuencias de largo plazo sobre la salud metabólica y conductual de la descendencia, según nuevas evidencias científicas presentadas durante la Reunión Nacional de Obesidad 2025 de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

La investigadora Roberta Haddad, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), explicó que los antojos no son solo una respuesta fisiológica, sino un fenómeno neurobiológico y motivacional vinculado con cambios en el circuito cerebral de recompensa. En modelos animales, el equipo del IDIBAPS comprobó que durante la gestación se produce una reorganización funcional del cerebro, en la que las neuronas dopaminérgicas D2 del núcleo accumbens aumentan su sensibilidad, incrementando el deseo por alimentos altamente palatables.

Esta respuesta cerebral, señaló Haddad, podría haber tenido una función evolutiva: asegurar suficiente energía durante una etapa de alta demanda metabólica. Sin embargo, en el contexto actual, caracterizado por la amplia disponibilidad de alimentos ultraprocesados, esa misma respuesta puede generar un patrón de consumo excesivo que afecte tanto a la madre como al feto.

Estudios recientes —publicados en Nature y PubMed— respaldan esta hipótesis. Las investigaciones demuestran que una dieta materna alta en grasas o azúcares durante el embarazo puede alterar la programación metabólica del feto, aumentando el riesgo de obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión y trastornos de conducta alimentaria en etapas posteriores. Además, se han observado posibles mecanismos de transmisión intergeneracional a través de cambios epigenéticos, hormonales y en el microbioma intestinal.

Haddad explicó que su grupo ha documentado en animales que las madres con antojos frecuentes por alimentos dulces o grasos tuvieron crías con mayor peso corporal, intolerancia a la glucosa y vulnerabilidad a la ansiedad en la adultez. Estos resultados refuerzan la existencia de un mecanismo de programación intrauterina que conecta la conducta alimentaria materna con el metabolismo y el comportamiento de la descendencia.

Aunque la evidencia en humanos aún es limitada, estudios observacionales recientes en mujeres embarazadas muestran que los antojos intensos y repetidos se asocian con ganancia excesiva de peso gestacional y mayor riesgo de diabetes gestacional. De acuerdo con la experta, “los antojos tienen una dimensión cognitiva y emocional; no se trata de prohibir, sino de comprender su origen y acompañar a las embarazadas con información, apoyo emocional y alternativas saludables que también generen placer”.

En este sentido, Haddad propone que las consultas obstétricas y de nutrición incorporen la evaluación de los antojos como parte del control prenatal, observando qué tipo de alimentos se desean, con qué frecuencia y en qué contexto emocional. También subraya la importancia de fomentar una alimentación equilibrada antes y durante el embarazo, no solo para el bienestar materno, sino como una inversión en la salud metabólica y neurológica de las futuras generaciones.

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Foto: IA

djs


 

 

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