Ciudad de México.- Una reciente revisión sistemática de la revista Nutrition Reviews evaluó el consumo de semillas de chía y sus efectos sobre la presión arterial , el peso corporal y otros indicadores metabólicos. El análisis, que incluyó ocho ensayos clínicos controlados, encontró una reducción promedio de la presión sistólica y diastólica, aunque no detectó cambios constantes en el peso o en el nivel de glucosa en sangre.
Los autores del estudio, liderados por F. Taghipour Sheshdeh , señalaron que el efecto hipotensor fue más pronunciado en personas con presión inicial menor a 140 mmHg. Sin embargo, advirtieron que esta misma disminución puede resultar potencialmente riesgosa en quienes ya consumen medicamentos antihipertensivos.
Riesgos específicos a considerar
Un análisis del American Journal of Gastroenterology documentó un caso de obstrucción esofágica tras el consumo de chía seca sin haberla hidratado, lo que llevó a la American College of Gastroenterology a recomendar evitar este modo de consumo. El peligro radica en que la chía puede absorber hasta 12 veces su peso en agua, y en personas con dificultades para tragar o estenosis esofágica, esto podría provocar un bloqueo.
Por otro lado, estudios en alergología identificaron a la chía como un nuevo alérgeno alimentario y observaron reactividad cruzada con semillas como el sésamo o la mostaza. Por esta razón, las personas con antecedentes de alergias a semillas o anafilaxia deben consultar con un profesional antes de incorporarla a su dieta.
Además, la National Kidney Foundation incluye a la chía en la lista de alimentos con alto contenido de oxalatos, lo cual puede incrementar el riesgo de cálculos renales en personas susceptibles. Pacientes con enfermedad renal crónica también deben moderar su consumo dado que el alimento aporta fósforo y potasio.
Interacciones y medidas de seguridad
El alto contenido de fibra en la chía y su potencial efecto de reducción de presión arterial implican que puede interferir con medicamentos como antihipertensivos, hipoglucemiantes o anticoagulantes. Los especialistas advierten que, aunque no debe suspenderse el tratamiento, se informe al médico sobre el consumo habitual de chía.
Las recomendaciones prácticas para un consumo seguro incluyen hidratar la semilla en agua o leche vegetal al menos 20 minutos antes de ingerirla, iniciar con pequeñas cantidades (una o dos cucharaditas al día) y aumentar gradualmente acompañando la ingesta con líquidos adecuados. En personas con antecedentes de litiasis renal, se recomienda consumirla junto con alimentos ricos en calcio (como yogur) para reducir la absorción de oxalatos.
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Foto: Redes sociales
djs
