Ciudad de México. – La mortalidad por enfermedades crónicas se redujo en el 80 % de los países entre 2010 y 2019, sin embargo, el ritmo de esa disminución se desaceleró y el 60 % de las naciones tuvo peores resultados que en la década previa, de acuerdo con un estudio del Imperial College de Londres publicado en The Lancet .
El análisis, que incluyó datos de 185 países, revela que el riesgo de morir por enfermedades como cáncer, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares entre el nacimiento y los 80 años disminuyó en cuatro de cada cinco países antes de la pandemia de COVID-19. La mejora fue ligeramente mayor entre mujeres (82 %) que entre hombres (79 %).
Las mayores reducciones se registraron en los países de ingresos altos de Europa, América del Norte y el Pacífico, con Corea del Sur como referente para Asia oriental. Dinamarca, Noruega y Suecia destacaron entre las naciones occidentales por sus descensos significativos en mortalidad. Por el contrario, Estados Unidos y Alemania mostraron los peores resultados entre las economías industrializadas, con el menor descenso de muertes por enfermedades crónicas, especialmente entre mujeres, y un estancamiento casi total en hombres.
En América Latina y el Caribe , la mayoría de los países presentaron avances, con Chile y Colombia como ejemplos regionales de disminución acelerada de la mortalidad en casi todos los grupos de edad. Sin embargo, algunos países, como Antigua y Barbuda , Honduras y Jamaica , reportaron aumentos en el riesgo de caída por este tipo de enfermedades.
A nivel global, Catar, Azerbaiyán y Uzbekistán experimentaron las mayores reducciones tanto en hombres como en mujeres, mientras que los incrementos más altos se observaron en Sudán del Sur y varias naciones del Caribe.
Los investigadores señalan que la caída en los fallecimientos se debió principalmente a la reducción de muertes por enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer, como estómago, colorrectal, cuello uterino, mama, pulmón y próstata. No obstante, el aumento de decesos por demencia, trastornos neuropsiquiátricos —incluido el consumo de alcohol— y algunos cánceres, como el de páncreas e hígado, contrarrestó parte de los avances.
El estudio subraya la urgente necesidad de mantener e intensificar las políticas públicas que impulsaron mejoras en los primeros años del milenio, como el acceso a medicamentos preventivos, programas de detección temprana y servicios de atención para enfermedades crónicas y episodios agudos como infartos o derrames cerebrales.
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Foto: ilustrativaa
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