Tlaxcala, Tlax.- Desde el taller Arte Pirunera, en Popocatla, Ixtacuixtla, en Tlaxcala, Polo Díaz transforma el papel, el engrudo y la pintura en auténticas obras de arte.
Aprendió el oficio de su padre, don Federico Díaz, y desde entonces ha dedicado más de tres décadas a dar alma a las catrinas, alebrijes y figuras monumentales que llenan de color la Feria de Tlaxcala.
Su talento también se refleja en piezas icónicas como la canasta de tacos, el elote y el torero, que han embellecido el frente del Museo de Arte de Tlaxcala (MAT) en conmemoración de los 500 años de Tlaxcala.
Cada figura que crea Polo lleva algo más que técnica: lleva memoria, amor y raíces.
Por eso, Polo Díaz invito a las familias tlaxcaltecas a tomarse una foto junto a sus catrinas, también las invita a reconocer la magia de lo hecho a mano, a valorar lo que nace del corazón de un artesano. En cada escultura que se levanta, late la historia de su familia, de su pueblo y de una Tlaxcala que sigue soñando en colores.
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