Como ya es tradición cada año, el 12 de diciembre por todas partes suena el canto “La Guadalupana”, que fue creado en pleno auge de la Época de Oro del cine mexicano, pero sus raíces se remontan a cantos devocionales del siglo XIX.
La icónica versión popular que se canta hoy en día, comenzando con la estrofa “Desde el cielo una hermosa mañana…”, tiene atribución a dos personas: el compositor Manuel Esperón y el letrista Ernesto Cortázar, figuras clave de la música ranchera mexicana
“La Guadalupana,” la pieza que acompaña Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre, es una de las melodías más arraigadas en la cultura mexicana.
El compositor Manuel Esperón fue el más importante de la Época de Oro del cine mexicano, creando los temas emblemáticos de figuras como Pedro Infante y Jorge Negrete.
La letra narra, de forma emotiva, la aparición a Juan Diego en el Tepeyac, conectando directamente con la fe popular. Todos los años, esta canción forma parte central del homenaje, siendo interpretada por las voces más importantes de México:
Grandes artistas como Lucero, Pedro Fernández, Daniela Romo, Aída Cuevas y Marco Antonio Solís han entonado el tema.
Cabe destacar que, a partir de los años 70, Televisa empezó a transmitir las Mañanitas para la Virgen desde la Basílica y se convirtió en uno de los eventos más vistos del año.
A pesar de la popularidad de la versión creada por Esperón y Cortázar, existen referencias históricas que atribuyen la canción a Saturnino Junquera, un sacerdote jesuita del siglo XIX.
En antiguos cancioneros y boletines guadalupanos editados por órdenes religiosas, se acredita a Junquera como autor de una versión previa del canto.
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LMR