Los Ángeles, Estados Unidos. — El cineasta James Cameron ha vuelto a romper sus propios límites con la próxima entrega de su saga de ciencia ficción: Avatar: Fuego y Ceniza. A poco más de un mes de su estreno, la película reveló su duración oficial, consolidándose como la cinta más extensa del director canadiense desde Titanic.
La tercera parte de la franquicia ambientada en Pandora tendrá una duración de tres horas y quince minutos, superando los 192 minutos de Avatar: El camino del agua (2022) y los 162 de la película original estrenada en 2009. Esta cifra iguala al metraje de Titanic, que durante más de dos décadas fue la obra más extensa del realizador.
Este nuevo récord no es simplemente una marca técnica, sino una manifestación del estilo narrativo de Cameron, quien considera el cine como un viaje inmersivo y sensorial. Lejos de plegarse a las tendencias de narrativa rápida, apuesta por relatos expansivos, donde cada escena respira y se desarrolla dentro de un universo visual meticulosamente construido.
Avatar: Fuego y Ceniza continuará la historia de Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña) tras los eventos trágicos de la película anterior. De acuerdo con declaraciones recientes de Saldaña, esta nueva entrega representa “el punto de inflexión más grande” de la saga, marcando un cambio significativo para los personajes principales.
En esta nueva etapa, la familia Sully se enfrentará a una nueva tribu de los Na’vi, conocida como el pueblo de la ceniza, liderado por la guerrera Varang, interpretada por Oona Chaplin. Este grupo, de carácter más agresivo y ligado al fuego, introduce nuevas tensiones en la narrativa, que Cameron aprovechará para explorar temas recurrentes en su filmografía como la destrucción y el renacimiento.
El reparto principal incluirá nuevamente a Sigourney Weaver, Kate Winslet, Stephen Lang y Cliff Curtis. La producción también rendirá homenaje al fallecido productor Jon Landau, cuya ausencia marcó profundamente al equipo de la película. La historia se situará tras un periodo de duelo, con la familia Sully buscando reconstruir su hogar mientras se intensifica el conflicto entre los Na’vi y los humanos.
A lo largo de su carrera, James Cameron ha construido auténticas mitologías fílmicas. Su cine mezcla tecnología y espiritualidad en mundos que dialogan con la ciencia, la ecología y la condición humana. En Avatar, esa visión se traduce en una narrativa ecológica que pone en cuestión el precio del progreso y la conexión entre todos los seres vivos.
Con Fuego y Ceniza, el director parece cerrar un ciclo creativo que inició con Titanic. Ambas películas no solo comparten su extensión, sino también el conflicto moral entre personajes enfrentados a fuerzas naturales superiores. En esta ocasión, Pandora se convierte en una metáfora de la Tierra y su frágil equilibrio.
Avatar: Fuego y Ceniza se estrenará el 19 de diciembre, prometiendo consolidarse como uno de los estrenos más esperados del año y reafirmar el lugar de Cameron como uno de los grandes arquitectos del cine contemporáneo.
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Foto: Redes sociales
DJS