La mayoría de los nuevos jueces son una vergüenza.
Y la mayoría no es directamente responsable de su incapacidad para llevar un juicio o resolver un litigio.
Simplemente se inscribieron y ya.
Pero en la práctica, no tienen ni la menor idea.
En Puebla por ejemplo, hubo un caso patético:
Un abogado profesional y experimentado, de los mejores penalistas de la región ganó la elección judicial.