Pregunté al gobernador Alejandro Armenta sobre la condición anímica que envolvía a la presidenta Claudia Sheinbaum y al propio mandatario tras los recorridos hechos por las zonas afectadas por las lluvias en la zona serrana de Puebla.
Habló del dolor humano de las familias que habían tenido que velar un brazo del cuerpo de un pariente desaparecido entre el alud o el desbordamiento de los ríos o la fotografía de quien ya no regresó con los suyos desde que se registraron las portentosas precipitaciones del jueves 9 de octubre.