El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensifica sus intentos por colocar aliados en la Junta de Gobernadores de la Federal Reserve (Fed), buscando moldear al banco central según su visión económica. Este esfuerzo ha provocado resistencia dentro del organismo, que mantiene firme su autonomía.
Uno de los movimientos más recientes fue la inesperada renuncia de la gobernadora Adriana Kugler, lo que le abrió la puerta a Trump para nominar a Stephen Miran, actual titular del Consejo de Asesores Económicos. De ser confirmado por el Senado, Miran ocuparía el lugar sólo de forma temporal —hasta el 31 de enero de 2026— y no como reemplazo permanente del presidente Jerome Powell.
Durante su comparecencia ante el Comité Bancario del Senado, Miran defendió que sus decisiones estarán fundamentadas en un análisis macroeconómico objetivo, y prometió mantener la independencia del banco central. Esto, pese a la desconfianza en ciertos sectores, quienes lo ven como un posible “puente” entre la Casa Blanca y la Fed.
La propia senadora Elizabeth Warren advirtió sobre los riesgos de permitir que el ejecutivo domine la política monetaria, aludiendo a un fuerte ataque a la autonomía durante la audiencia.Por su parte, Trump no ha ocultado su ambición: según fuentes, su intención es lograr una mayoría en la Junta que respalde su presión por reducir tasas de interés.
Esta presión llega después de que Trump destituyera controvertidamente a la gobernadora Lisa Cook, acusándola de fraude hipotecario, pese a que ella lo ha rechazado y ha llevado el caso ante la justicia. Observadores internacionales advierten que socavar la independencia de la Fed podría poner en riesgo tanto la economía estadounidense como la global. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, calificó estos movimientos como un “peligro muy serio”.
En medio de este pulso político, Miran también anunció que, en caso de ser confirmado, tomaría una licencia sin goce de sueldo de su cargo actual, manteniéndose formalmente vinculado a la Casa Blanca. Solo renunciaría si obtiene un nombramiento más duradero en la Fed.
Mientras tanto, los focos están puestos en la próxima reunión de tasa de interés de la Fed, prevista para el 16 y 17 de septiembre, donde la mayoría de analistas anticipan un posible recorte, especialmente si los datos de empleo siguen débiles.
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