El Sector Salud sigue colapsado

Por leticiam , 5 Octubre 2025

El miércoles pasado y con toda la discreción posible, el Hospital del Seguro Social de San Alejandro empezó a recibir a parte de su personal. Ocho años estuvo cerrado como un ejemplo de lo mal que está el Sector Salud en el país.

Poco a poco empiezan a llegar algunos medicamentos a los hospitales y clínicas de salud públicos, pero la situación está lejos de ser la mejor y menos superar a los servicios de Dinamarca, como prometió el líder de la Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador.  

En el sector salud mexicano, las estadísticas y la realidad parecen contar historias distintas.

Para el gobierno federal, el desabasto de medicamentos se está superando. Las autoridades presumen que el suministro nacional se acerca al 100%, mientras los pacientes que llevan meses sin tratamiento y los médicos que suspenden cirugías por la falta de insumos, viven otra realidad.

Las negociaciones canceladas, el veto a distribuidores y las fallas de logística forman parte del drama de desabasto de medicamentos, uno de los pendientes del gobierno de Claudia Sheinbaum.

En un reportaje, el miércoles pasado, el diario español El País informó que “a unos kilómetros de Tláhuac, un grupo de seis médicos sale del Hospital 20 de Noviembre. Prefieren mantener el anonimato, pero describen una crisis. “Faltan analgésicos, antibióticos, medicamentos postoperatorios, hasta camas y máquinas de oncología”, explica la única doctora del grupo.

“Hace tres meses tuvieron que suspender toda una jornada de cirugías, según relatan. Los peores casos son los pacientes que viajan desde otros estados. Gastan dinero, llegan con la esperanza de operarse y se les dice que no hay condiciones. Esas operaciones están pendientes al día de hoy”.

Para Henoch Díaz, residente de pediatría de 30 años de edad, la escasez va más allá de los tratamientos especializados. Cuenta que en el hospital de Querétaro donde está su base, “no hay paracetamol, antibióticos, equipo para nebulizaciones o sondas. Cuando ni la farmacia ni la enfermería lo tienen, se sugiere al paciente que lo compre por fuera”. En su hospital, el personal ha aprendido a racionar y guardan dosis para emergencias e improvisan con lo disponible.

Óscar y María Velasco viajaron desde Huajuapan de León, Oaxaca, hasta la Ciudad de México para estudios de seguimiento en el Hospital 20 de Noviembre.

María, de 33 años, padece una enfermedad renal para la que necesita darbepoetina. “Aquí sí la hemos encontrado, pero en nuestra ciudad pasamos meses sin el medicamento”, explica Óscar. Todos los que se quejan de esta situación coinciden en que la escasez ha sido mayor en los últimos tres meses.

Para el gobierno federal, las cifras presentadas por el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, el martes pasado había un suministro muy cerca del 100%. “Mes con mes se incrementa el número de medicamentos que llegan al sector”, dijo el funcionario, convencido de que el problema pronto estará solucionado. Sheinbaum lo respaldó y acusó, además, la existencia de prácticas monopólicas en el sector, sobre todo en medicamentos oncológicos, donde pocas compañías concentran el mercado y elevan los precios.

“La discordancia entre el discurso oficial y la realidad de los pacientes se puede atribuir a dos factores, según Adolfo Martínez, investigador de la UNAM. El primero es la distribución, pues no basta con que los medicamentos lleguen a los almacenes de hospitales, sino que deben surtirse efectivamente a los pacientes. Y el segundo es la producción, pues muchos medicamentos requieren de tiempo para fabricarse. “Es una gestión deficiente”, señala”. En la plataforma de compras consolidadas del sector Salud, los medicamentos solicitados por unidades médicas apenas alcanza el 42%.

Dentro de esa inexperiencia se subestimó el tiempo que requiere una compra de medicamentos a escala nacional: negociación, producción, distribución y entrega en hospitales y centros de salud. “Ese proceso necesita al menos un año de planeación y no se hizo. Por eso, hoy los medicamentos
no llegan oportunamente a los pacientes”, señala el experto en políticas de salud con 20 años de experiencia en la Secretaría del ramo, que dejó en 2019.

El problema se arrastra desde el sexenio anterior, cuando López Obrador estableció políticas contra la corrupción en la compra de fármacos terminó por desmantelar gran parte de la red de suministro y el desabastecimiento alcanzó hasta un 30% el año pasado. Desde entonces, el asunto se ha convertido en un flanco político. La oposición ha encontrado en esta crisis un camino para poner en duda la capacidad de gestión del gobierno federal y lo ha convertido en una de sus banderas.

Sheinbaum heredó ese terreno y en medio del fuego cruzado surgió el problema logístico salpicado por los reproches entre los fabricantes de medicamentos y el gobierno federal. Clark señaló que 34 empresas incumplen de forma sistemática con las entregas, algunas con hasta un 100% de faltantes. Señaló a Bioxintegral, que no entregó una sola pieza, a Productos Farmacéuticos Serral, que falló en 87%, y a Comercializadora UCIN, con 83% de incumplimiento.

Sobre estas acusaciones, Rafael Gual Cosío, director de la Cámara Nacional de Industria Farmacéutica (Canifarma), precisa que solo tres de las firmas señaladas son fabricantes, el resto son distribuidores o importadores de medicamentos.

Añadió que el reciente desabastecimiento en el país tiene de origen en la cancelación de la licitación de noviembre, que derivó en decenas de compras menores, vía adjudicaciones directas, invitación a tres interesados o licitaciones menores: procesos.

Fuentes de la industria farmacéutica, que han solicitado el anonimato por temor a represalias, aseguran que la ineficiencia y los impagos de la administración de Sheinbaum a las empresas fabricantes son dos de las razones principales del más reciente desabastecimiento. “En algún caso (de un laboratorio) hubo un problema de la cadena de suministro. Son cosas que pasan en la fabricación y en otros casos sé que tienen el almacén lleno y no han logrado entregar por culpa del IMSS Bienestar, porque cambian las órdenes y no se ponen de acuerdo”.

El investigador Martínez considera que México no puede aspirar a la autosuficiencia en medicamentos y construir farmacias del bienestar no resolverá el problema. “No lo veo viable, ni en el corto ni en el mediano plazo. Ni siquiera países industrializados lo logran plenamente”, señala.

El experto observa una perspectiva poco positiva si no se reconocen y corrigen los errores. “Lo mejor sería diseñar una estrategia integral que abarque desde la planeación hasta la distribución. Comprar medicamentos siempre ha sido complicado y por eso persiste el gasto de bolsillo de las familias, que terminan comprando en farmacias privadas”, señala.

Si el sector público quiere remediar este problema que heredó, lo más importante es que las medicinas lleguen a los pacientes, lo demás es discurso y “los otros datos” que caen en la mentira.

De las anécdotas que se cuentan

Vuelven los López.

Jesús Ernesto López Gutiérrez, hijo del ex presidente López Obrador y de la investigadora Beatriz Gutiérrez Müller, participa desde el miércoles en un parlamento de jóvenes.

El hijo menor conoce de primera mano las prácticas de los legisladores.

El jueves, se involucró en trabajo en comisiones, para preparar un dictamen, y luego ocupó un escaño.

Jesús Ernesto López cursa la carrera de derecho en la Universidad Intercontinental, cuyos estudiantes fueron invitados a participar en el parlamento por el senador morenista Saúl Monreal.

El patio de la antigua sede de la Cámara Alta alberga las prácticas de los jóvenes en ocho mesas de trabajo.

¿Quién dijo que el menor López y su mamá se fueron a España?

 

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