La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que el huachicol afecta las ventas de Pemex al generar pérdidas millonarias por robo físico de combustible y, de forma más grave, por la evasión del pago de impuestos (huachicol fiscal).
La práctica reduce los ingresos de la empresa, distorsiona el mercado y genera competencia desleal, al tiempo que aumenta los costos operativos y afecta la inversión y la credibilidad del sector energético.
La situación del robo de combustible en Puebla presenta datos contradictorios, con informes oficiales del gobierno del estado que indican una reducción significativa, mientras que otras fuentes federales señalan que el problema persiste y que el estado se mantiene entre los primeros lugares a nivel nacional.
Mientras, Estados Unidos considera el robo y contrabando ilegal de combustible como un problema binacional significativo y una fuente clave de financiamiento para los cárteles mexicanos, especialmente el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto múltiples rondas de sanciones a personas y empresas mexicanas y estadounidenses vinculadas a redes de huachicol, con el objetivo de cortar el flujo de dinero a los cárteles.
Las autoridades estadounidenses reconocen la existencia de redes de corrupción y contrabando que operan a ambos lados de la frontera, involucrando a empresas e individuos de su país en el "huachicol fiscal", que es la evasión de impuestos mediante la importación ilegal de combustible.
Estados Unidos ha emitido alertas a México sobre el tráfico ilegal de crudo y hay investigaciones en curso por parte del Departamento de Justicia y la Fiscalía General de la República de México sobre empresas estadounidenses implicadas en estas actividades.
El robo físico de combustible causa pérdidas directas a Pemex, estimados en miles de millones de pesos anuales. Este tipo de huachicol es más perjudicial, ya que el combustible se evade del pago de impuestos como el IEPS y el IVA, lo que significa que ni Pemex ni el fisco reciben esos ingresos.
El miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que el huachicol es un riesgo para las ventas de Pemex. En su conferencia de Palacio le preguntaron sobre el informe que PEMEX entregó a la Comisión y Valores de los Estados Unidos donde la empresa advierte que el robo de combustible continúa siendo un riesgo operativo.
“Estas actividades delictivas pueden interrumpir las operaciones, provocar pérdidas económicas significativas y afectar negativamente la continuidad del negocio”, comunicó.
La petrolera reportó que en 2024 se robaron 17 mil barriles diarios, un aumento de 10.4% respecto a los 15 mil 400 barriles diarios de 2023.
El robo de combustible afecta directamente las finanzas públicas, la seguridad energética y la operación de Pemex, una de las empresas estratégicas de México.
El huachicol tiene impacto en precios, competencia desleal y riesgos ambientales, por lo que su evolución es clave para consumidores, empresas y reguladores.
Con todo y la lucha y disminución de tomas clandestinas en Puebla, el estado está entre los principales donde sigue operando el huachicol en una historia que parece no tener fin.
De las anécdotas que se cuentan
Los otros datos. Según cifras del gobierno federal y PEMEX, Puebla logró una disminución del 47.5% en el número de tomas clandestinas de hidrocarburo durante el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024, posicionándose como líder nacional en el combate a este delito.
Pero, a pesar de la reducción reportada, otras fuentes, como la Fiscalía General de la República y el observatorio ciudadano IGAVIM, ubican a Puebla como el segundo estado con más denuncias por robo de hidrocarburo en tránsito y como el primer lugar nacional en tomas clandestinas de gas LP.
Siempre, hay otros datos.
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