La crisis del agro poblano

Por claudia , 27 Noviembre 2025

En el estado de Puebla, 14.73 por ciento de un millón 124 mil 581 hectáreas que hay de uso agrícola no están sembradas; la proporción equivale a 165 mil 674 hectáreas, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Ahora que en el país hay una rebelión campesina por la falta de apoyo y un modelo fracasado, los productores comentan que a sus jóvenes no les interesa el campo porque no es redituable ni hay apoyos, por lo que ingresan a las filas de la delincuencia organizada o migran a los Estados Unidos.

Para los campesinos, la dificultad que observan y que no está en los primeros lugares de las reportadas por el Inegi, es la falta de apoyos, debido a que no se han incluido cultivos como la pitahaya en programas como el del Sembrando Vida.

La problemática del sector agropecuario en Puebla puede resumirse en altos costos de producción, incluyendo insumos y servicios; factores climáticos adversos como sequías y heladas; inseguridad; y la pérdida de fertilidad del suelo. A esto se suman la escasez de mano de obra debido al envejecimiento de los productores y la migración de los jóvenes, y dificultades de comercialización. Todo ello genera el abandono de tierras y una baja rentabilidad en cultivos tradicionales como el maíz.

El aumento en el costo de insumos como fertilizantes y servicios es la principal dificultad, afectando a casi el 90% de los productores, según datos del Censo Agropecuario 2022 del Inegi.

El sector es vulnerable a fenómenos meteorológicos como sequías, heladas y granizadas, que provocan pérdidas de cultivos y dañan la producción. La degradación del suelo es otro problema importante que afecta la productividad del campo y la inseguridad es una problemática constante para los productores, afectando a una gran parte de ellos.

Es notable que la población del campo poblano está envejeciendo, con la mayoría de los productores por encima de los 45 años. Los jóvenes migran o buscan otras ocupaciones, lo que genera escasez de mano de obra.

La combinación de estos factores, junto con la falta de apoyos gubernamentales para cultivos específicos, ha llevado al abandono de hasta 40 por ciento de las tierras que anteriormente se sembraban en la entidad poblana.

En la Mixteca, la zona más árida y carente de agua del estado, no tienen condiciones económicas ni ambientales para trabajar el campo.

Hay un problema extra, el recurso hídrico que es escaso no solo porque llueve menos sino porque empresas, sobre todo trasnacionales, extraen grandes volúmenes del líquido, ya que cuentan con pozos de hasta 16 pulgadas, mientras que para abastecer a los pueblos son de apenas dos pulgadas por segundo.

Los campesinos mixtecos son víctimas de exclusión, el programa Sembrando Vida contempla solo cultivos como el café o arboles maderables que no se dan en sus terrenos, por las mismas condiciones climáticas y de suelo. En esa zona del territorio poblano, gran parte de los campesinos todavía trabajan con yuntas de caballo, mulas o burros porque no han sido beneficiarios de programas para la adquisición de tractores.

Solo tres de cada 10 jóvenes de la zona de Ciudad Serdán laboran en el campo, pero lo hacen como jornaleros, mientras que el resto busca trabajo en municipios más grandes, migran a Estados Unidos o participan en actividades ilícitas.

Las tierras que les heredaron sus padres o abuelos las han vendido a acaparadores, a un precio de alrededor de 1 millón de pesos por hectárea, y prefirieron irse a trabajar con los mismos compradores de los terrenos por entre 100 y máximo 200 pesos al día, sin prestaciones de ley.

Los jóvenes han creado grupos de jornaleros que van trabajado con los poseedores de grandes extensiones de tierra. De quienes todavía conservan sus predios, estimó que en su mayoría son campesinos de 45 años para arriba.

Los acaparadores de tierras se han enfocado en la producción de hortalizas, por ello la producción de maíz, frijol, haba y calabaza ha reducido hasta 33 por ciento en Serdán y municipios aledaños como Palmar de Bravo. La falta de agua ha generado que dejen de cosechar cebada porque es la que más la requiere.

El escenario del agro poblano es deprimente y a pesar de los esfuerzos del gobernador Alejandro Armenta por dotar con maquinaria a los agricultores, no resulta suficiente y la realidad amenaza con no conseguir el objetivo del autoconsumo alimentario y en no más de dos años comeremos los poblanos alimentos importados, incluso el maíz para nuestras tortillas.

Si no hay cambios radicales en un corto plazo en la política agropecuaria, el fracaso del agro es nuestro futuro.

De las anécdotas que se cuentan

Ante el paro en las carreteras que empezó el lunes pasado, hay reclamos puntuales de los campesinos del país.

Miles de agricultores bloquearon carreteras, con la intención de visibilizar la crisis del sector ante el incremento de los costos de producción, y exigir al gobierno federal precios justos para los granos.

Además, productores de semillas, especialmente de maíz, exigieron que estos alimentos sean excluidos del tratado de libre comercio (T-MEC), y que se les impongan tarifas de garantía competitivas.

No son menores sus reclamos, pero el gobierno federal aún no ha dado respuesta a sus demandas que en el fondo es un cambio radical de la política agropecuaria del país.

fcrisanto00@yahoo.com.mx
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