Ciudad de México, México. — Una red de trece casinos ubicados en ocho estados del país fue desactivada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), tras detectarse un esquema financiero de lavado de dinero oculto detrás de las actividades de entretenimiento y apuestas.
El análisis, realizado por la SHCP en coordinación con el Gabinete de Seguridad , reveló que dichos establecimientos operaban con un patrón de movimientos en efectivo , flujos internacionales y el uso de plataformas digitales no supervisadas , lo cual activó las alertas del sistema financiero.
Ante el riesgo elevado , los casinos fueron bloqueados e incluidos en la lista de personas morales no autorizadas, como medida para proteger a los usuarios y prevenir posibles vínculos con el crimen organizado .
Según la investigación, los casinos operaban en Jalisco, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Baja California, Estado de México, Chiapas y Ciudad de México , y presentaban patrones similares a las tipologías internacionales de lavado de activos. Las autoridades detectaron:
Movimientos millonarios en efectivo y transferencias hacia Estados Unidos, Rumania, Albania, Malta y Panamá .
Uso de plataformas digitales para dispersar fondos de origen ilícito y reincorporarlos al sistema financiero nacional e internacional.
Uno de los métodos identificados implicaba el uso de personas con perfiles económicos modestos , como ama de casa, estudiantes, jubilados o desempleados. Estas personas recibirán fondos o tarjetas prepagadas con dinero de procedencia desconocida. A cambio de un porcentaje, transferirían dichos recursos a los verdaderos beneficiarios, simulando que las ganancias provendrían de juegos de azar.
La procuradora fiscal de la Federación , Grisel Galeano García , explicó que “con esos recursos la persona, a veces sin saberlo, realiza apuestas físicas o digitales; el sistema del casino registra que esa persona ganó millones, pero ella nunca los recibe o ni se entera”. Ese dinero era transferido de inmediato a cuentas en el extranjero , desde donde se redirigió a paraísos fiscales , o se reinvertía en nuevas apuestas para regresar a México blanqueado a través de otras empresas o los propios casinos.
El gobierno federal identificó tres patrones clave en la operación:
Uso intensivo de efectivo
Redes transnacionales de traslado de capital
Plataformas de pago digitales para ocultar el origen de los fondos
Algunas transacciones superaban los 50 millones de pesos y estaban dirigidas a empresas tecnológicas financieras con sede en Estados Unidos y Europa.
El esquema funcionaba como un circuito cerrado y repetitivo para legitimar recursos ilícitos: se captaba a personas vulnerables o se usaba su identidad sin su conocimiento, se les enviaban tarjetas con fondos sospechosos, y se registraban ganancias ficticias que eran canalizadas al extranjero. Posteriormente, estas personas devolvían los recursos o accionaban como prestanombres, permitiendo repetir el proceso cientos de veces hasta que el dinero adquiría una apariencia de legalidad.
Este método permitiría fragmentar operaciones , borrar el rastro de los fondos ilegales y facilitar su reinserción en el sistema financiero global.
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Foto: Especial
Djs