Quienes sistemáticamente se han opuesto a que en el gobierno de Zacatlán haya una mujer como Bety Sánchez se quedaron con las ganas de cobrar una factura con claros tintes de misoginia cuando pretendieron utilizar como rehén de los arrebatos machines ni mas ni menos que al gobernador Alejandro Armenta la noche del sábado, cuando decidió asistir al festival para celebrar a los fieles difuntos en ese rincón de la sierra.
“Zacatlán no está contento con su gobierno municipal” afirmó la reportera frente al mandatario, enviada por un personaje acostumbrado al chantaje a través del membrete de periodista, como si la enviada trajera el pulso de una sociedad plural y heterogénea para la luego lanzar: ¿qué opina?
Con horas de vuelo en el argot, conocedor de la geografía poblana y de los grupos que medran y complotan, especialmente ante la antesala de las internas en los partidos para definir candidaturas en 2027, el gobernador se dijo respetuoso de los gobiernos municipales y lanzó un mensaje para trabajar en unidad por el interés y beneficio de la gente.
Siempre habrá gente que coincida y quienes no están satisfechos, respondió palabras mas o palabras menos y colocó como ejemplo los cinco dedos de su mano derecha: “ninguno es igual”, respondió. Ni mas ni menos.
La pregunta que había sido sembrada a través de una enviada se quedó sin la respuesta de condena, descalificación o crítica para la presidenta municipal, anfitriona además del invitado del momento, sino que además permitió evidenciar la existencia de una trama que tiene semanas de haber comenzado a construirse con pobres resultados.
Detrás del telón, escondidos, rodeados de vileza y sin honorabilidad está un grupo mediocre: Asdruval Drake, excandidato a edil por el Partido Verde; Eybar Márquez Manzano, frustrado aspirante a presidente municipal; Eloisa Barrios, excandidata del PRI-PSI y PAN; y dos personajes que han manipulado y chantajeado a la clase política de la sierra norte bajo una lógica criminal que en Puebla conocemos de sobra: Omar Arroyo y Pablo Morales suelen administrar reputaciones.
Fue ese concierto de fracasados en la escena pública quienes hace dos semanas convocaron a una supuesta marcha por la paz en el municipio, tras haberse reunido en el Hotel Los Adobes en la entrada del municipio y que terminó en un mitin político para destapar en este 2025 a Eloísa Barrios, otra vez.
“En Zacatlán, lo que se presentó como una marcha ciudadana por la paz terminó convirtiéndose en un acto político anticipado rumbo a las elecciones de 2027. El evento, que reunió a poco más de dos decenas de personas en el kiosco municipal, sirvió como escenario para que exaspirantes a la alcaldía se reagruparan y mostraran respaldo a la contadora Eloísa Barrios, quien fue prácticamente “destapada” como candidata.
Entre los asistentes destacó Eibar Márquez, quien decidió retirarse de la contienda y sumarse al grupo que impulsa a Barrios. La presencia de otros personajes locales y comunicadores con inclinaciones políticas dejó en evidencia que el verdadero propósito no era exigir paz, sino reposicionar figuras y medir fuerzas de cara al próximo proceso electoral.
Así, la marcha que prometía unión ciudadana terminó reflejando las divisiones y ambiciones políticas que marcarán el rumbo en Zacatlán hacia 2027”, publicó el sitio https://m.municipiospuebla.mx/nota/zacatlan/ex-aspirantes-la-alcaldia-se-unen-y-destapan-la-conta-elo-como-candidata-para-zacatlan, que dirige el colega Ángel Herrera.
Servidos.
LMR