No todas las temporadas de El Niño o La Niña son iguales

Por marcoa , 20 Septiembre 2025
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La Oscilación Cuasi-Bienal: una clave para entender mejor la formación de huracanes
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México.- La oscilación cuasi-bienal (QBO) podría ser la pieza faltante para comprender mejor la formación de huracanes en el Atlántico. Investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM han revelado cómo este fenómeno estratosférico, estudiado desde hace décadas, influye en la intensidad y frecuencia de los ciclones tropicales. Este hallazgo es relevante para mejorar los pronósticos estacionales y la prevención de desastres.

Fenómenos como El Niño o La Niña son conocidos por su impacto en el clima y la temporada de huracanes. Pero hay otro evento que, aunque menos mencionado, también repercute en el clima global: la oscilación cuasi-bienal (QBO, por sus siglas en inglés). Comprender esta oscilación puede ayudarnos a entender mejor por qué ciertas temporadas de huracanes son más activas que otras.

¿Qué es la oscilación cuasi-bienal?

Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, explicó que la oscilación cuasi-bienal es un fenómeno que ocurre en la estratósfera, capa situada por encima de la tropósfera —la capa más baja de la atmósfera terrestre, que es donde ocurren la mayoría de los fenómenos meteorológicos, como lluvias, tormentas y huracanes—.

“La oscilación cuasi-bienal se manifiesta como un cambio periódico en la dirección de los vientos en la región ecuatorial de la estratósfera. Aproximadamente cada dos años, estos vientos alternan entre fluir hacia el este y hacia el oeste. Esta oscilación, aunque ocurre a gran altitud, tiene la capacidad de influir en los procesos atmosféricos que suceden más abajo, en la tropósfera, y, por lo tanto, también puede afectar indirectamente el clima y la formación de huracanes”, sostuvo Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del ICAyCC, UNAM.

La QBO tiene un ciclo de entre 22 y 34 meses, y su existencia fue identificada en la década de 1950 mediante radiosondeos, aunque los primeros estudios sistemáticos se consolidaron en los años 60 y 70.

¿Por qué no se estudia tanto la oscilación cuasi-bienal en huracanes?

Durante las décadas de 1980 y 1990, se teorizó que la QBO tenía un impacto significativo en la formación de ciclones tropicales. Sin embargo, en los años siguientes esta relación dejó de observarse de forma tan clara. A raíz de esto, la comunidad científica comenzó a restarle importancia, bajo la percepción de que su influencia era inconsistente.

No obstante, Jaramillo Moreno, junto a otros investigadores del ICAyCC-UNAM —la Dra. Christian Domínguez, la Dra. Graciela Binimelis de Raga y el Dr. Ignacio Arturo Quintanar—, dio a conocer en un estudio publicado en 2021 que la oscilación cuasi-bienal no se puede estudiar como un fenómeno aislado, sino que es necesario observarla en combinación con otros fenómenos climáticos, especialmente con El Niño y La Niña (conocidos en conjunto como ENOS: El Niño-Oscilación del Sur).

“La oscilación cuasi-bienal no debe analizarse por separado. Es la interacción con ENOS lo que permite entender su verdadero impacto sobre los huracanes”, detalló Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del ICAyCC, UNAM.

ENOS y la oscilación cuasi-bienal: una combinación que explica más

Uno de los aportes más importantes de este trabajo fue demostrar que la interacción entre ENOS y la oscilación cuasi-bienal puede modificar significativamente la actividad ciclónica en el Atlántico.

Durante La Niña, la actividad de huracanes en el Atlántico tiende a ser más intensa.

Durante El Niño, dicha actividad suele ser más débil, debido a condiciones atmosféricas que no favorecen la formación de ciclones tropicales.

Pero no todos los años de La Niña son iguales: algunos presentan muchas tormentas intensas, mientras que otros apenas registran actividad significativa. Lo mismo sucede con los años de El Niño. Entonces, ¿qué explica esa variabilidad?

¿Qué combinación entre ENOS y la oscilación cuasi-bienal intensifica huracanes?

La clave, comentó el investigador universitario, es la combinación de fases entre ENOS y la oscilación cuasi-bienal. Esta última, aunque tiene un efecto secundario en comparación con ENOS, actúa como una variable moduladora que puede amplificar o atenuar los efectos de El Niño o La Niña.

“La Niña más la oscilación cuasi-bienal oeste favorece temporadas muy activas, mientras que El Niño más la oscilación cuasi-bienal este tiende a inhibir la formación de huracanes”, comentó Alejandro Jaramillo Moreno.

Es decir:

- La Niña + QBO oeste → temporada muy activa de huracanes (como Milton).

- El Niño + QBO este → disminuye la actividad ciclónica.

- Condiciones neutras + QBO este → puede generar aumentos repentinos de ciclones, como el huracán Erin.

¿Por qué importa la oscilación cuasi-bienal en la predicción de huracanes?

De acuerdo con Jaramillo Moreno, este hallazgo puede contribuir de la siguiente manera:

- Una mejora en los pronósticos estacionales: integrar el análisis de ENOS y la oscilación cuasi-bienal en los modelos predictivos permite hacer pronósticos más certeros sobre la intensidad y frecuencia de huracanes en el Atlántico.

- Previsión regional más precisa: la interacción entre ENOS y la oscilación cuasi-bienal no solo afecta la cantidad de ciclones, sino en qué regiones del Atlántico pueden ser más intensos o más frecuentes. Esto es esencial para preparar a las comunidades vulnerables.

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Fenómenos como El Niño o La Niña son conocidos por su impacto en el clima y la temporada de huracanes.
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