Texmelucan Ataque armado

Por leticiam , 2 Octubre 2025

Una ex diputada de Morena, Dulce María Reyes Quiroz fue enviada a dirigir un colegio de educación técnica en San Martín Texmelucan. De marzo a octubre consiguió poner a todo el plantel en su contra.

El proceso se ha deteriorado conforme pasan los días, a tal grado que en el contexto del aniversario de la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968 a manos del Ejército y un grupo paramilitar en Tlatelolco, el domicilio de Alfonso Santiago, uno de los líderes del movimiento, fue atacado a balazos por manos anónimas.

De acuerdo con la narración de la víctima de ese ataque armado, hubo una reunión la tarde del miércoles que congregó a directivos del Instituto Tecnológico Superior de San Martín Texmelucan y un par de horas después llegó el mensaje a su domicilio particular que dejó 12 impactos de bala.

Para este caso, el medio es el mensaje. Primero porque el atacante tiene claridad de donde vive Santiago, lo que lo coloca como un objetivo vulnerable. Lo peor, que parece no habrá límite para intimidar y contener la repulsa estudiantil en contra de quien parece carecer de tacto y oficio para conciliar con estudiantes y personal administrativo.

Una petición en la plataforma Change.org que al momento de redactar esta entrega tiene mas de mil 200 firmas, acusó a la morenista de agredir de manera verbal y emocional a la comunidad estudiantil y de solicitar credenciales de elector con fines partidistas. La directora se negó al diálogo e ignoró las peticiones estudiantiles.

La discrepancia en una comunidad podría ser entendible y hasta justificada siempre que se desahogue por la vía del diálogo y la negociación.

El uso de la violencia en uno de los municipios que ha sido reconocido como uno de los mas violentos e inseguros en el estado de Puebla no hace sino alimentar la percepción de que aún en un gobierno de carácter humanista como el que encabeza el gobernador Alejandro Armenta existen perfiles ignorantes de la historia y de las secuelas que la intolerancia ha dejado en este país.

El último crimen de lesa humanidad en México, conviene citarlo, fue cometido precisamente por un poblano hace 57 años: el presidente Gustavo Díaz Ordaz, del que ahora significa oprobio a grado de haberse anunciado una consulta para retirar su nombre de espacios públicos como planteles, avenidas y bulevares.

La directora de ese plantel de educación técnica superior se ha convertido en un serio problema para un secretario de Educación Pública caracterizado por el sentido de pertinencia que posee frente al gremio magisterial como Manuel Viveros Narciso y lo es también para el de Gobernación, Samuel Aguilar Pala por la evidente necesidad de apaciguar una revuelta que se quiso dispersar a punta de balazos.

No faltará quien desde la mala intención, ignorancia o ausencia de sensibilidad acuse la existencia de manos ajenas al plantel para desestabilizar a la comunidad. No será sino la continuación de una historia que ya vivieron los mexicanos cuando Díaz Ordaz acusó injerencia extrajera y comunistas para dañar al pueblo de México.

¿De verdad no han aprendido?

 @FerMaldonadoMX

 

LMR

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