Durante muchos años antes, Pepe Chedraui buscó ser candidato al gobierno de la ciudad en la que creció e hizo familia. En el Partido Revolucionario Institucional en el que militó se le cerraron las puertas una y otra vez, bajo distintos argumentos.
Fue disciplinado y esperó paciente hasta que le llegara turno, pero ese momento no se dio, aún y que formaba parte de un círculo de amistades en torno al último presidente de México de militancia tricolor, como Enrique Peña Nieto.
En Acción Nacional tampoco hubo mucho margen. No importó que fuera amigo del ex gobernador Rafael Moreno Valle, a quien facilitaba llegadas y salidas desde su domicilio particular para el Augusta en el que el ex gobernador se movía por aire todo el día.
Vino entonces la oportunidad en el Movimiento de Regeneración Nacional que el ex gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina gestionó con suficiente tacto y oficio para evitar herir susceptibilidades entre otros cuadros que no pudieron ser candidatos.
Este miércoles Chedraui rendirá su primer informe al frente de la comuna capitalina. No ha sido fácil porque esa condición política en la biografía del edil ha sido mácula que ofende a los puritanos de la 4T, aún y que la mayoría de ellos están incapacitados para ganar una elección.
Se los dijo públicamente la entonces candidata presidencial, Claudia Sheinbaum en un mitin de campaña en Tehuacán en 2024. “Hay compañeros, compañeras de Morena que son fundadores, pero no ganan una encuesta, y hay otros que se acercaron hace seis o tres años y que sí ganan una encuesta”, les dijo. La verdad, dice el refrán, no peca, pero incomoda.
Caso emblemático el de un conjunto de desconocidas o desconocidos que obtuvieron un boleto para ser legisladores o ediles sin más mérito que haber repartido el periódico Regeneración, órgano de propaganda de ese movimiento, o haber ido al plantón de Reforma en la crisis postelectoral del 2006 y a las concentraciones del zócalo.
Pasados sus periodos de gestión, ahora se sabe, el activismo no hace a un buen servidor público, sino al contrario. Abundan ejemplos.
En medio del celo político que alimentan grupos internos en Morena, Chedraui también ha tenido que cargar con la herencia maldita de un gobierno ineficaz en materia de prestación de servicios públicos en el que se debe incluir el boquete financiero del panismo en la capital.
El enojo ciudadano es legítimo ante el abandono de las calles y avenidas de diferentes tamaños en la ciudad, pero también los asaltos que suceden en establecimientos o transeúntes.
Unas 30 mil calles registran baches de todo tipo de dimensiones y profundidad por la obsolescencia de los diferentes gobiernos municipales que antecedieron al actual. El peor de los casos sucedió con en antecesor Eduardo Rivera que ofreció corregir el rumbo para solo dejar en peores condiciones mientras buscaba ser gobernador.
En un momento de exaltación el presidente municipal ofreció en campaña terminar con esas deficiencias en la infraestructura de la capital, quizás sin advertir el tamaño del compromiso antes de asumir el cargo.
Es así como el edil llega a su primer año de gobierno, rodeado de inquina política, en la búsqueda de un espacio en un partido en el que es visto como “diferente” y con retos por cumplir por ineficiencias del gobierno que lo antecedió.
@FerMaldonadoMX
clh