México.- El histórico Palacio de la Autonomía de la UNAM fue sede de la décimo segunda edición del Foro 20·20, cuyo tema fue “Educación y Migración”, con un enfoque especial en las “diásporas de lo simbólico” dentro de la educación universitaria.
El encuentro, organizado por Fundación UNAM y los Consejos Académicos de la Universidad, abrió un espacio fundamental para analizar el papel de la cultura, el arte y la migración en la formación de comunidades académicas más diversas y justas.
Dionisio Meade, presidente del Consejo Directivo de Fundación UNAM, situó la importancia histórica y simbólica del lugar del evento: el mismo Palacio donde se firmó la autonomía universitaria en 1929. Recalcó el compromiso de esta casa de estudios con la defensa de la autonomía y la relevancia de abordar temas contemporáneos como la migración.
Señaló también cómo México históricamente ha sido territorio de tránsito, destino y refugio para migrantes y exiliados de todo el mundo.
La mesa, moderada por Arcelia Lara Covarrubias, coordinadora del Consejo Académico del Bachillerato, estuvo integrada por personalidades clave como el escritor y promotor cultural Benito Taibo, el artista visual y académico Pierre Valls y Gerardo García Luna Martínez, curador de la exposición Tierra prometida, quienes compartieron reflexiones y experiencias de vida que ejemplifican el impacto transformador de la migración y la cultura.
Benito Taibo recordó su propia historia familiar de migración; asimismo, celebró el carácter incluyente y hospitalario de nuestro país en episodios tan significativos como el exilio español y la recepción de perseguidos políticos latinoamericanos.
El también director general de Radio UNAM acotó que “todos somos migrantes” y destacó la función civilizadora de la literatura y el arte para enfrentar las adversidades, fortalecer la identidad y construir puentes entre culturas: El libro, agregó, transforma, crea lazos y nos permite mirarnos a nosotros mismos por medio de la mirada de los otros.
Gerardo García Luna Martínez abordó el papel de las artes como herramientas de acción y conciencia en contextos migratorios. Consideró que tanto el arte como la cultura posibilitan la empatía, la reflexión y la construcción de sentido, lejos de las imágenes deshumanizantes que suelen circular en los medios. También que los jóvenes son la esperanza y razón de la Universidad.
Pierre Valls, autor de la exposición Tierra prometida, la cual fue inaugurada en el mismo recinto, habló de su experiencia como migrante y creador. Planteó los retos de representar la migración en el arte sin caer en el victimismo ni reproducir estereotipos, proponiendo en cambio visiones lúdicas y críticas.
También, destacó cómo el arte puede congregar a personas de horizontes distintos e invitarlas a pensar, conversar y criticar, generando nuevas narrativas acerca del tránsito migratorio y resignificando los paisajes y culturas de acogida.
Así, el Foro 20·20 demostró una vez más la relevancia de vincular la educación universitaria con los grandes movimientos sociales y culturales que moldean nuestro tiempo, recordándonos que la migración lejos de ser sólo una crisis es además fuente de creatividad, resiliencia y esperanza para imaginar futuros más humanos y solidarios.
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