Puebla, Pue.- En el barrio de Xonaca, en Puebla, se alza una fuente que guarda una de las leyendas más conocidas de la ciudad. Entre calles empedradas y antiguas casonas, la Fuente de los Muñecos muestra las figuras de dos niños abrazados bajo el agua que cae sobre ellos.
El barrio, famoso por su arquitectura colonial y su historia, fue en su tiempo un sitio de descanso para las familias adineradas del centro del país. En una de sus casas vivió la emperatriz Carlota, y años más tarde, Maximino Ávila Camacho convirtió el lugar en su residencia de verano.
El caballerango de Ávila Camacho tenía dos hijos que desaparecieron una tarde lluviosa mientras iban a la escuela. Pese a la búsqueda de los vecinos, nunca se les encontró, y se creyó que cayeron en un pozo cercano. En su memoria, el gobernador mandó a construir una fuente adornada.
Con el tiempo, la historia se convirtió en parte del folclore poblano. Se dice que, por las noches, las figuras de los niños cobran vida, corren por las calles y llenan el barrio con sus risas hasta el amanecer. Luego, al llegar el día, regresan a su pedestal para volverse piedra otra vez.
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Foto: Especial
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