La industria nacional de videojuegos podría enfrentar un duro golpe en caso de aprobarse la propuesta incluida en el Paquete Económico 2026, que contempla aplicar un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) del 8% a videojuegos catalogados como violentos.
Esta iniciativa ha prendido focos rojos entre desarrolladores, estudios independientes y asociaciones del sector, quienes consideran que el impuesto no solo carece de sustento científico, sino que también pone en riesgo la estabilidad de una industria que, año con año, ha demostrado ser clave en la economía digital mexicana.
Para Hugo Abel Castro, presidente de Game Devs Mexico (GDMEX) , lo preocupante no es únicamente la carga fiscal, sino el mensaje que se estaría enviando al equiparar los videojuegos con productos como el alcohol o el tabaco, sujetos históricamente a este tipo de gravámenes. La organización ha iniciado acercamientos formales con instancias del gobierno, incluida la oficina de la presidenta Claudia Sheinbaum, buscando abrir un diálogo más informado y menos punitivo.
Actualmente, se estima que más del 85% de los ingresos generados por videojuegos en México provienen del extranjero, a través de exportaciones o coproducciones internacionales. Esto refleja no solo el nivel de competitividad que han alcanzado los estudios nacionales, sino también su importancia en la economía creativa y digital. Una carga adicional podría desincentivar la inversión extranjera y generar un efecto dominó que afectaría empleos especializados en áreas como programación, diseño, narrativa interactiva y producción sonora.
Más allá del debate fiscal, expertos en tecnología y educación insisten en que los videojuegos no pueden seguir siendo vistos únicamente como entretenimiento. Diversas universidades en México ya integran el desarrollo y análisis de videojuegos como parte de sus planes de estudio en carreras como ingeniería, comunicación o diseño. El uso de estas plataformas como herramientas educativas ha mostrado beneficios en el desarrollo del pensamiento lógico, la creatividad y la resolución de problemas.
En el plano internacional, países como Corea del Sur, Estados Unidos o Japón han impulsado a sus industrias gamer como motores de innovación y tecnología. En ninguno de estos casos se ha optado por aplicar impuestos diferenciados con base en el contenido violento, sino que se ha apostado por una clasificación clara y una educación digital enfocada en el consumo responsable.
Para ampliar la discusión y presentar datos que respalden el valor estratégico del sector, GDMEX, junto con The Competitive Intelligence Unit (CIU), ofrecerá una rueda de prensa este lunes 15 de septiembre a las 10:00 a.m., donde se espera que se presenten cifras, estudios de impacto y propuestas alternas a la medida fiscal.
También se ha sumado al llamado la organización Game Conference MX, que exhortó al gobierno federal y a los legisladores a mantener una postura abierta al diálogo. Para sus voceros, frenar el avance de esta industria por prejuicios o desinformación sería un retroceso en la apuesta por la innovación nacional.
Mientras tanto, la comunidad gamer y de desarrollo se mantiene alerta. Para muchos jóvenes mexicanos, el desarrollo de videojuegos no solo es una carrera viable, sino un camino hacia la independencia económica, la creatividad y la participación en un mercado global.
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xmh