Las declaraciones del diputado del PAN, Rafael Micalco Méndez, muestran un problema más profundo que una simple salida de tono: evidencian su incapacidad y la degradación del debate político, que debería asumirse con seriedad.
Reducir un tema tan delicado como la violencia, en la marcha atribuida a la “Generación Z”, a insultos no solo es irrespetuoso, también refleja una falta de madurez institucional.
Los videos muestran claramente las agresiones contra un adulto mayor, a quien casi le provocan la muerte con una pedrada en la cabeza.