Esta semana concluyó la reunión anual de los obispos de las diócesis fronterizas de México y Estados Unidos con un fuerte llamado a la acción frente a la crisis migratoria. Reunidos en Piedras Negras, los prelados denunciaron las condiciones “riesgosas e inhumanas” que atraviesan miles de migrantes en su paso hacia el norte, al tiempo que reafirmaron su compromiso pastoral con quienes huyen de la violencia, la guerra y la pobreza.