La elección panista del domingo en la capital deja una lectura clara: el gran derrotado de la contienda fue Eduardo Rivera Pérez quien, aunque no postuló un candidato a la dirigencia albiazul del municipio de Puebla, el resultado reflejó que su grupo político está mermado y disperso; pero sobre todo, que el ex alcalde de la ciudad ha perdido el liderazgo que, apenas hace año y medio, le permitía que nada se podía mover en el Partido Acción Nacional sin que él lo avalara o lo permitiera.