El tradicional Día de Muertos suele ser celebrado por diferentes comunidades mexicanas el 1 y 2 de noviembre, ya que es vista por muchos en el país como una de las festividades más emblemáticas de México, al punto en que la UNESCO en el 2018 la nombro como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Por ello, aprovecha que este año los dos días de esta festividad van a darse en un fin de semana, y checa los seis lugares ideales para pasar esta maravillosa y tradicional festividad, ya sea por lo inmenso de la fiesta que le rodea, o por ciertas tradiciones únicas que caracterizan a diferentes regiones dentro del país;
6. Pomuch, Campeche
En este municipio de Campeche, el Día de Muertos se celebra con un ritual único en México, que combina respeto, memoria y tradición. Cada 1 de noviembre, las familias limpian y cuidan los huesos de sus difuntos. Esta tiene raíces ancestrales y refleja la importancia de mantener viva la memoria de los seres queridos.
Usualmente esto se da después de tres años de entierro, es ahí cuando los familiares visitan el cementerio, exhuman los huesos, los limpian cuidadosamente y los colocan en una caja decorada con pinturas y símbolos. Además de honrar a los muertos, estas ceremonias reúnen a la comunidad y transmiten enseñanzas.
5. Península de Yucatán
Las comunidades indígenas de esta región llaman a esta festividad el Hanal Pixán, que significa “comida de las ánimas” en lengua maya. La tradición combina costumbres prehispánicas y católicas, con altares llenos de flores, velas y un tamal grande cocido bajo tierra. Con esto reflejan una amplia riqueza cultural.
Durante el 31 de octubre, así como el 1 y 2 de noviembre, los cementerios y calles de Mérida y sus pueblos cercanos se llenan de color, música y aromas. Las familias participan activamente en la celebración, llevando ofrendas y compartiendo alimentos con la comunidad. Es una fiesta que honra a los muertos con alegría.
4. Janitzio, Michoacán
Adentro de la Isla de Janitzio, en el Lago de Pátzcuaro, el Día de Muertos se celebra de manera única y mágica. Durante la noche del 1 al 2 de noviembre, los habitantes purépechas decoran tumbas con flores de cempasúchil, velas y ofrendas. Los botes iluminados con velas recorren el lago, guiando así a las almas.
La vestimenta tradicional, los cantos y la danza purépecha “Danza de los Viejitos” acompañan la celebración. La comunidad honra a los muertos con respeto y alegría, mientras la leyenda dice que las almas vuelan sobre el lago como mariposas monarcas. Este ritual combina luz, agua y tradición en un gran espectáculo.
3. Ciudad de México
Durante esta época el Zócalo y diversos puntos de la capital se llenan de altares, ofrendas e instalaciones que honran a los muertos. El tradicional Desfile de Día de Muertos es uno de los más grandes y sorprendentes del país, reuniendo cada año a cientos de personas que participan con entusiasmo y mucho amor.
En las localidades de la ciudad, como Mixquic, los cementerios se iluminan con velas y se adornan con flores, mientras los vivos acompañan a sus difuntos. Los altares y tumbas se llenan de color y la música anima la celebración. Además, se realizan representaciones teatrales y eventos culturales bastante únicos.
2. Santa María Atzompa, Oaxaca
En esta región oaxaqueña, la tradicional “Alumbrada” llena el panteón municipal durante la noche del 31 de octubre al amanecer del 1 de noviembre. Las tumbas se adornan con flores de cempasúchil, cresta de gallo, copal y miles de velas que alumbran la vigilia mientras las familias velan junto a sus queridos difuntos.
Las familias llegan desde temprano, arreglan los altares, comparten comida tradicional como mole, tamales y mezcal, y escuchan música de banda mientras permanecen en el cementerio hasta la madrugada. En los días siguientes, se celebra el 1 y 2 de noviembre con más visitas, convivencia y ofrendas coloridas.
1. Pátzcuaro, Michoacán
Michoacán es reconocido por sus celebraciones del Día de Muertos, y Pátzcuaro se convierte en un lugar lleno de color, música y remembranza durante estas fechas. Este Pueblo Mágico ofrece un buen ambiente, ya que la ciudad y sus alrededores se llenan de altares, ofrendas y ceremonias que reflejan la devoción.
El lago de Pátzcuaro es especialmente simbólico, donde las comunidades navegan en balsas iluminadas con veladoras, rindiendo homenaje a sus fallecidos y creando un espectáculo mágico. En todo Michoacán las familias acuden a cementerios, decoran tumbas con flores y velas, y pasan tiempo junto a sus seres queridos.
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Foto: México Desconocido
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