México.- La incorporación del sargazo holopelágico del Caribe como recurso pesquero con potencial de desarrollo, dentro de la Carta Nacional Pesquera, representa un avance importante para ordenar su aprovechamiento y reducir los impactos negativos que genera en el medio ambiente y la salud pública. Así lo señalaron las investigadoras de la UNAM Marcia Leticia Durand Smith y Gabriela de la Mora de la Mora, durante el Seminario Interinstitucional Entramados Naturaleza, Cultura y Sociedad.
El pasado 6 de agosto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, junto con el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, anunciaron la actualización de la Carta Nacional Pesquera que, por primera vez, reconoce al sargazo como recurso con potencial de desarrollo.
Un desecho transformado en recurso
Para Durand Smith, antropóloga ambiental del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), lo relevante es que este instrumento regula la disposición final del sargazo, pues cuando se deposita en cualquier sitio se descompone y libera lixiviados -líquidos tóxicos- que contaminan los mantos acuíferos.
“Es una medida que pretende iniciar la transformación del sargazo, considerado basura o desecho, en algo útil, con valor económico y comercial”, explicó.
El objetivo es incentivar su pesca y recolección antes de que arribe a las playas, y destinarlo a la producción de biocombustibles, biofertilizantes, alginatos, resinas o insumos para nuevos materiales. Sin embargo, advirtió que aún estamos lejos de consolidar un mercado de productos derivados de esta macroalga y que existen obstáculos ante las miles de toneladas que llegan a la región.
Potenciales beneficios socioeconómicos
Desde otra perspectiva, Gabriela de la Mora de la Mora, investigadora del Programa de Estudios Socioambientales del CRIM, subrayó que la medida no solo busca atender un problema local, sino también generar nuevos empleos, oportunidades de negocio y beneficios para el sector turístico, uno de los más afectados por el recale masivo de algas.
La especialista en gobernanza ambiental enfatizó la necesidad de vigilar que estos nuevos mercados no privilegien intereses privados por encima del bienestar común. “Siempre existe el riesgo de que se conviertan en un negocio más que en una solución socioambiental”, alertó.
Asimismo, llamó a revisar los modelos de desarrollo económico regional, pues muchos siguen anclados en esquemas extractivistas que priorizan la producción de riqueza sobre la adaptación social y ambiental.
Reflexiones desde la academia
La sesión del seminario, organizada por el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (CEPHCIS) y el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR), estuvo dedicada al tema “Reflexiones sobre algunas polémicas de la gobernanza ambiental en campos socioambientales. La crisis del sargazo en el Caribe Mexicano ¿Qué nos dicen las algas?”.
Las especialistas coincidieron en que la actualización de la Carta Nacional Pesquera abre una ventana de oportunidad: ordenar, aprovechar y transformar el sargazo en un recurso estratégico que, bien gestionado, puede reducir riesgos ambientales, impulsar alternativas económicas y fortalecer la sostenibilidad en la región.
“El manejo sustentable del sargazo en México representa un reto y una oportunidad para la ciencia, el turismo y el medio ambiente”.
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