Cada año, el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos reúne a millones de familias alrededor de la mesa, pero también genera un intenso debate alrededor del país por la compleja historia que esta celebración esconde. Pese a que para muchos representa la unión y paz, para otros simboliza una apología al genocidio.
¿Pero que es lo que lleva a que esta efeméride sea tan polarizante? Si bien en Canadá, y partes del norte de México, esta festividad se ve ligada con la vida rural para agradecer a Dios por las cosechas del año, en los Estados Unidos tiene un trasfondo histórico y colonial que muchos historiadores tildan de cuestionable.
En las escuelas estadounidenses se les enseña a las personas, desde muy pequeñas, que esta festividad se celebra para recordar el icónico banquete de 1621 que tuvieron los colonos de Plymouth y las tribus indígenas Wampanoag, en el medio de conflictos derivados de los ataques de europeos contra nativos.
Registros históricos señalan que pese al mensaje de solidaridad y paz que este 27 de noviembre representa para muchos en Estados Unidos, quienes asumen que el banquete fue el final de la guerra de colonización, en realidad no fue más que el principio de una serie de sucesos que llevaron al exterminio étnico de millones.
Se dice que durante esta cena se firmaron varios tratados de paz en los cuales colonos europeos reconocían las tierras de los Wampanoag y otros grupos indígenas, los cuales al poco tiempo fueron rotos a través de una serie de matanzas, invasiones, confiscaciones de tierras y guerras étnicas orquestadas por Inglaterra.
Por esto, desde el 1970, muchas comunidades indígenas de Estados Unidos conmemoran el 27 de noviembre el llamado Día Nacional de Luto, con el cual buscan combatir la propaganda nacionalista blanca sobre la colonización, una se ha reproducido en la mayoría de las escuelas del país desde hace ya más de 200 años.
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Foto: Wikipedia
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