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México.- La contaminación natural, debida al polvo que llega de los desiertos, a las cenizas que se esparcen después de una erupción volcánica o a la quema en grandes extensiones del campo, ocasionan afectaciones a la calidad del aire, las cuales se suman a las que producen el transporte, la agricultura y las industrias, señaló José Agustín García Reynoso, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM.